Este 27 de noviembre, tras el tiroteo ocurrido cerca de la Casa Blanca, en el cual un ciudadano afgano, ingresado a Estados Unidos bajo un programa de reasentamiento, habría atacado a miembros de la Guardia Nacional, el presidente Donald Trump anunció una decisión de pausar permanentemente la migración procedente de todos los países del llamado “tercer mundo”.
La medida, publicada en su plataforma social, busca revisar no solo las futuras admisiones, sino también las aprobadas durante administraciones anteriores. Trump dijo además que eliminaría subsidios federales para personas sin ciudadanía, desnaturalizaría —es decir, revocaría la ciudadanía a inmigrantes que considere “una carga pública o un riesgo” y buscaría deportar a quienes, según él, “no sean un activo neto para Estados Unidos”.
Contexto del ataque
El anuncio llega después de un ataque perpetrado por un afgano identificado como Rahmanullah Lakanwal, quien habría ingresado al país en 2021 bajo el programa de evacuación tras la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán. El incidente dejó al menos una militar de la Guardia Nacional muerta y otro miembro gravemente herido, lo que generó una ola de polémica sobre las políticas de asilo y control migratorio.
Ante esta situación, el gobierno ordenó una revisión exhaustiva de los casos de inmigrantes —especialmente afganos— admitidos desde 2021, suspendió el procesamiento de nuevas solicitudes desde el país asiático y abrió un escrutinio masivo de tarjetas verdes y permisos de asilo otorgados.

Qué implica la “pausa permanente”: alcance y medidas enunciadas
Según Trump, la “pausa permanente” en la migración incluye:
- Suspender el ingreso de inmigrantes provenientes de lo que él define como países del “Tercer Mundo”.
- Terminar con las admisiones aprobadas bajo la administración de su predecesor, incluyendo los programas de reasentamiento.
- Revocar beneficios federales para migrantes, eliminar subsidios y ayudas, y potencialmente denegar la ciudadanía o residencia permanente a quienes no cumplan ciertos criterios.
- Deportaciones o expulsiones para extranjeros considerados “una carga pública, un riesgo para la seguridad o incompatibles con lo que él llamó la civilización occidental”.
Trump justificó estas medidas señalando que las políticas migratorias laxas representan “la mayor amenaza a la seguridad nacional” y que el país debe “recuperarse completamente” tras lo que calificó como un fallo del sistema de inmigración.
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Reacciones internacionales
El anuncio generó rechazo por parte de organismos internacionales. Voceros del sistema de refugiados de la Naciones Unidas (ONU) enfatizaron que los solicitantes de asilo tienen derecho a protección bajo el derecho internacional y que Estados Unidos debe garantizar el debido proceso y acceso a territorio para quienes buscan refugio.
Expertos en derechos humanos han advertido que una suspensión general de migración de “países del tercer mundo” podría violar tratados internacionales suscritos por Estados Unidos, además de afectar a personas inocentes —refugiados legítimos, familias en busca de asilo o personas huyendo de conflictos, violencia o persecución.
¿Qué significa para emigrantes y solicitantes de asilo?
Para quienes planeaban migrar, pedir asilo o estaban bajo trámites de regularización, el nuevo anuncio crea un panorama de incertidumbre:
- Las solicitudes de inmigración desde países considerados vulnerables podrían bloquearse indefinidamente.
- Las aprobaciones previas podrían revisarse o incluso revocarse.
- Los beneficios sociales, subsidios y ayudas a inmigrantes serían eliminados, complicando su integración.
- El temor a deportaciones masivas aumenta, especialmente entre comunidades de migrantes recientes o refugiados.
Al caracterizar la inmigración como una amenaza a la seguridad nacional y anunciar medidas extremas —como “pausa permanente”, deportaciones y revocación de beneficios—, Trump posiciona la migración como eje central de su estrategia de seguridad y orden público.




