El aceite de oliva se produce y exporta, en mayor medida, desde España. Analistas del mercado de ese país, así como los mismos productores, dan cuenta de varios llamados de atención que ponen presión sobre lo que vaya a ocurrir con el comportamiento de los precios de ese producto.
De acuerdo con información de El Economista, el mundo ya evidencia la menor producción de aceite de oliva en España. Y el incremento de precios está próximo a sentirse.
Información reseñada por el medio español da cuenta de que las exportaciones de ese producto, en el acumulado a julio del 2023, caen en un 35 %. El problema, además de los mayores precios, se traduce en que el producto escasea.
Las fuertes olas de calor han llevado a que la sequía afecte la producción de aceite de oliva, llevando cifras del orden de las 680.000 toneladas en la más reciente cosecha, siendo cerca del 50 % de lo que normalmente se produce.
Solo para hacerse a una idea, datos oficiales de España muestran que el consumo de aceite de oliva en ese país ha caído en cerca del 17 %, al tiempo que hay un mayor apetito desde países que, anteriormente, no le consumían, como es el caso de Francia, Alemania y Reino Unido.
Pedro Barato, presidente de la organización de agricultores Asaja, en declaraciones recogidas por El Economista, anunció que «hace años países como Francia, Alemania o Reino Unido no consumían aceite de oliva y ahora lo están haciendo. Cuando la producción se recupere el consumo se normalizará».
El problema de la producción del aceite de oliva en España
Las alarmas siguen prendidas sobre los números que muestra la industria: la producción para los agricultores de la nación europea no pareciera ser suficiente en aras de garantizar una suerte de estabilidad financiera que permita hacer viable la centralización de sus esfuerzos en el aceite de oliva de España.
En conversación con La Sexta, Toribio Doblado, gerente de ‘Aceites Alguijuela’, aseguró que desde hace dos años suben los precios que deben asumir los productores, lo que hace imposible no trasmitirles a los consumidores finales esas alzas.
“Si llevamos dos años con unos costes de producción que, en muchos casos, se han incrementado en un 300 %, no podemos volver a tener el aceite a cuatro euros. Si lo volvemos a tener a cuatro euros, directamente, almazaras y agricultores cerrarán», dijo Doblado.
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Mientras esto ocurre, las autoridades en España y agremiaciones agrícolas siguen buscando la manera en que a los productores se les alivie la carga de altos precios, al tiempo que pueden garantizar los insumos para la producción de aceite de oliva.