Brasil estuvo ayer en la lista de los nuevos países a los que Donald Trump ratificó los porcentajes arancelarios para los productos que entren a Estados Unidos, convirtiéndose en el primer latinoamericano al que se le aplica el gravamen.
Sin embargo, a diferencia de otras naciones con las que la discusión fue netamente comercial, en el caso brasileño las razones de Trump estuvieron sustentadas más en causas políticas.
En una carta dirigida al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Trump se refirió al caso del expresidente Jair Bolsonaro exponiendo que la forma en que Brasil ha tratado a “un líder muy respetado en todo el mundo -incluso por Estados Unidos- es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar en marcha. ¡Es una cacería de brujas que debe terminar inmediatamente!”.
Con este punto de partida, ayer se comunicó que la tasa arancelaria a Brasil -que inicialmente se fijó en 10 % en abril- se elevaría a 50 % como resultado de estos problemas, así como para “rectificar las graves injusticias del régimen actual y hacer que la relación comercial entre Estados Unidos y Brasil sea más recíproca”.
Acá, sin embargo, es importante señalar que Estados Unidos tiene actualmente un superávit comercial con Brasil, que en 2024 dejó más de US$7.000 millones.
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Brasil respondió a las medidas de Estados Unidos y en una publicación en X, Lula rechazó enérgicamente el mensaje de Trump y escribió: “Brasil es una nación soberana con instituciones independientes y no aceptará ninguna forma de tutela”.
No es la primera vez que el mandatario estadounidense se pronunciaba sobre el caso Bolsonaro. La última vez fue a principios de este mes cuando escribió: “Brasil está cometiendo un error terrible con el trato que le está dando al expresidente (…) No es culpable de nada, excepto de haber luchado por el pueblo”.
La situación de Brasil no es nada sencilla en este momento en materia comercial si se tiene en cuenta que Trump también anunció el domingo un arancel adicional del 10 % a los países que se alineen con las políticas del grupo Brics, del que Brasil es miembro fundador.
Trump mezcla la política con lo comercial
El caso con Brasil no representa la primera presión de Estados Unidos para avanzar con sus propósitos políticos y defender sus aliados, en oportunidades anteriores Trump ha sacado adelante esta estrategia.
Uno de los casos más visibles recientemente ha sido el de la defensa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Trump ha pedido en repetidas oportunidades que se ponga fin a su juicio por corrupción.
Los dos presidentes han tenido una relación cercana desde el primer mandato de Trump y, de hecho, Netanyahu fue el primer mandatario en visitar la Casa Blanca en su nueva administración.