En el marco de su congreso nacional, la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite en Colombia (Fedepalma) realizó un recuento del estado actual de la actividad en el país y pidió al Gobierno garantizar la seguridad para ejercerla.
El sector de cultivo de aceite de palma -que cuenta en la actualidad con más de 8.200 palmicultores, 233.000 empleos y presencia en 169 municipios- representa hoy el 10,5 % del PIB (Producto Interno Bruto) agrícola nacional, consolidándose como uno de los sectores más dinámicos.
En el último tiempo, ha invertido más de $887.000 millones en investigación a través de la parafiscalidad, consolidando una agroindustria moderna y productiva que se basa en la sostenibilidad para el desarrollo.
De acuerdo con el monitoreo de deforestación en tiempo real, hoy el 99 % del área cultivada es libre de deforestación y se está realizando un aprovechamiento de biogás en 19 plantas, evitando 560.000 toneladas de CO₂ al año, con un potencial de 225 MW (megavatios) de energía limpia.
Además, 369 productores se han certificado bajo APSColombia, de los cuales el 65 % son pequeños productores y el 34 % mujeres.
Aunque las cifras dan cuenta de la evolución y proyección del sector, en el marco del Congreso Nacional que se realizó esta semana en Cali, el presidente de la agremiación, Nicolás Pérez Marulanda hizo llamado al Gobierno Nacional para garantizar la seguridad física y jurídica.
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“Ese tema está afectando la confianza, frenando inversiones y poniendo en riesgo el desarrollo del campo colombiano. Necesitamos garantías para vivir, trabajar e invertir con tranquilidad”, dijo en su presentación.
Las potencialidades para la producción de aceite de palma en Colombia
La producción de aceite de palma en Colombia viene mostrando una recuperación importante, luego de las caídas que se evidenciaron en 2024.
Las últimas cifras publicadas por la agremiación, hasta abril, dan cuenta de que el indicador alcanzo 724.000 toneladas, una cifra que reflejó un crecimiento de 8,2 % respecto al primer cuatrimestre de 2024.
Esto no solo ha ocasionado optimismo dentro de los cultivadores, sino que también abre el panorama al desarrollo de los nuevos negocios que se vienen analizando en los últimos años.
Y es que el sector ha apostado por grandes oportunidades en nuevos mercados como la alimentación animal, donde estudios preliminares muestran beneficios en eficiencia productiva; biocombustibles sostenibles de aviación (SAF), con pilotos exitosos y la solicitud de certificación internacional ante la OACI; y aceites diferenciados por calidad y origen, especialmente los derivados del híbrido OxG, que hoy representa el 20 % del área sembrada.
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