El sector arrocero colombiano anunció un paro nacional indefinido que comenzará el próximo 14 de julio de 2025, en respuesta a la que califican como grave situación que atraviesan los productores por la caída de precios, la falta de apoyo estatal y el incumplimiento de compromisos pactados con el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
La decisión fue comunicada por Dignidad Agropecuaria Colombiana, tras una reunión con representantes de las principales regiones productoras del país.
Según el gremio, las condiciones actuales han puesto en jaque la viabilidad económica del cultivo, y aseguran que no han recibido respuestas concretas por parte del Ejecutivo pese a los llamados de alerta lanzados desde meses atrás.
En consecuencia, anunciaron una movilización social pacífica para exigir medidas que garanticen el derecho a producir y la sostenibilidad del sector arrocero, presente en más de 200 municipios del territorio nacional.
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Arroceros hablan de precios desplomados y márgenes insostenibles
Uno de los puntos más críticos señalados por el gremio es la drástica reducción en el precio del arroz paddy verde, que ha caído significativamente en los últimos meses.
De acuerdo con datos de Fedearroz, en junio de 2024 los productores recibían aproximadamente $225.000 por carga; sin embargo, en la actualidad esa cifra se ha desplomado hasta los $170.000 en la zona centro y llega incluso a $158.000 en los Llanos Orientales.
Esta baja en el precio coincide con un aumento sostenido en los costos de producción, que han alcanzado niveles similares a los de países con mayor capacidad industrial, como Estados Unidos. La combinación de altos costos y bajos precios ha eliminado los beneficios obtenidos mediante avances tecnológicos, y ha hecho que muchos productores ni siquiera logren cubrir sus gastos.
El gremio también expresó su molestia por lo que consideran una falta de compromiso por parte del Gobierno Nacional. Aseguran que tras el paro agrario de marzo de 2025 se establecieron acuerdos que, hasta la fecha, han sido incumplidos o simplemente desatendidos. Entre las preocupaciones está la estructura del modelo comercial actual, que, según denuncian, favorece a unas pocas grandes empresas molineras, reduciendo las oportunidades para los pequeños y medianos productores.
Asimismo, criticaron el impacto negativo de los Tratados de Libre Comercio, que obligan al país a importar arroz incluso cuando hay suficiente producción local. Señalan además la ausencia de control sobre el contrabando, lo cual, sumado a la concentración del mercado, ha puesto al sector al borde del colapso.
Dignidad Agropecuaria advirtió que la falta de acción estatal representa una violación del artículo 65 de la Constitución, que exige al Estado proteger la producción nacional de alimentos. “Una industria molinera concentrada, el respaldo implícito del Gobierno y el contrabando sin control están asfixiando a los pequeños productores”, señaló la organización.
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Llamado a la unidad del campo colombiano
Ante este panorama, el gremio arrocero hizo un llamado a la solidaridad del resto del sector agropecuario, de las organizaciones sociales y de las autoridades locales, invitándolos a sumarse al paro como una forma de visibilizar la magnitud de la crisis que amenaza no solo la economía rural, sino también la seguridad alimentaria del país.
Fedearroz, por su parte, insistió en la necesidad de revisar de forma integral la cadena de valor del arroz, para garantizar una remuneración justa al productor y asegurar la viabilidad del cultivo a largo plazo.
El paro del 14 de julio será, según advierten los voceros del sector, indefinido y con carácter pacífico. Su objetivo: presionar al Gobierno para que cumpla con su obligación de defender y fortalecer el agro colombiano.