La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, con apoyo de inteligencia de las Fuerzas de Operaciones Especiales, ejecutó un ataque contra una infraestructura portuaria en territorio venezolano valiéndose de drones.
El operativo, que se convirtió en la primera intervención militar estadounidense conocida en suelo de Venezuela, tuvo como objetivo un muelle ubicado en una zona remota que presuntamente era utilizado por la estructura criminal Tren de Aragua para el almacenamiento y transporte de narcóticos.
Aunque diversas fuentes coinciden en la autoría de la CIA, existe una discrepancia sobre la fecha exacta del bombardeo. Mientras que cadenas como CNN informaron que el ataque ocurrió a comienzos de diciembre, el diario The New York Times y otros reportes sugieren que tuvo lugar la semana pasada, probablemente el miércoles 24 de diciembre, versión que fue sostenida por el presidente Donald Trump.
A pesar de la magnitud del hecho, no se registraron víctimas mortales, ya que no había personas en el muelle al momento de la explosión.
Trump confirmó la responsabilidad de Estados Unidos durante declaraciones a los medios en Mar-a-Lago: «Hubo una gran explosión en la zona del muelle donde cargan los barcos con drogas… ese lugar ya no existe». No obstante, el mandatario evitó precisar si el ataque fue realizado por las fuerzas armadas o por la agencia de inteligencia.
Justificación y sustento legal
La administración Trump ha vinculado estrechamente al gobierno de Nicolás Maduro con el Tren de Aragua, aunque agencias de inteligencia han cuestionado la solidez de dichos lazos. La operación se ampara en una ampliación de facultades otorgada a la CIA a principios de año para realizar misiones encubiertas en América Latina.
Según fuentes citadas por medios internacionales, mientras que el ejército solo tiene autoridad legal para atacar en aguas internacionales, la CIA puede operar en tierra bajo directrices presidenciales.
Para sustentar el operativo, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, comparó recientemente a los grupos narcotraficantes con Al Qaeda, calificándolos como el «Al Qaeda de nuestro hemisferio» y asegurando que se les caza con la misma precisión.
Por su parte, la secretaria general de la Casa Blanca, Susie Wiles, señaló en una entrevista a Vanity Fair que el objetivo de estos ataques a la infraestructura es lograr que Maduro «se rinda».
Mientras tanto, en Caracas, Diosdado Cabello denunció meses de «locura imperial» y acoso, aunque el gobierno central no ha emitido un pronunciamiento oficial detallado sobre el impacto del ataque en su territorio.
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