Aunque las transferencias vienen ganando terreno, los colombianos aún prefieren el efectivo

Según el Banco de la República, el 78,6 % de las transacciones (sobre el valor total) aún se hacen en efectivo por costumbre, facilidad y rapidez.

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El sistema financiero colombiano viene migrando hacia la adopción de tecnologías que les faciliten a los usuarios no solo acceder a servicios, sino hacer transacciones, como es el caso del sistema de pagos inmediatos del Banco de la República, Bre-B.

Sin embargo, a pesar de los avances, el 78,6 % de las transacciones en el país (sobre el valor total) aún se hacen en efectivo por costumbre, facilidad y rapidez para pagar y en los comercios, por lo que sigue siendo el instrumento con mayor aceptación y el que más usan los clientes.

Así lo deja ver Encuesta Nacional sobre Provisión de los Billetes y Monedas e Instrumentos de Pago del BanRep para 2024, que concluye que los colombianos siguen usando en gran medida el efectivo como instrumento de pago en la compra de bienes y servicios habituales (alimentos, bebidas, vestuario y servicios públicos, transporte y vivienda).

Efectivo y su uso en Colombia
Gráfico: Valora Analitik.

De hecho, el 52,9 % de la población hace pagos diarios en efectivo y el 14,2 % lo usa un día a la semana. El valor promedio de dichos pagos diarios, según el banco central, se ubicó en $40.000. Y mensual se destinan hasta un millón de pesos en el 65,8 % de los casos.

Destaca también el hecho de que las transferencias electrónicas son el segundo medio de pago preferido, con una participación del 14,4 % en el valor total y con una aceptación de más del 60 % de los establecimientos comer­ciales.

El top cuatro por medios de pago lo cierran tarjeta débito (5,9 %) y la tarjeta de crédito (1,1 %).

Por ciudades y por valor de pagos, Barranquilla tiene la mayor participación del uso del efectivo (79,8 %), seguida por Cali (78,9 %), Bogotá (73,0 %) y Medellín (71,5 %). Respec­to a las transferencias, la ciudad que lidera es Bogotá (20,2 %).

Llama la atención que, a medida que el nivel de ingresos aumenta, el uso de efectivo va disminuyendo y, al tiempo, se incrementa el uso de otros instru­mentos de pago, principalmente la transferencia electrónica, seguida por la tarjeta débito y la tarjeta crédito. El pago con billetes y monedas continúa siendo mayor en personas con ingresos bajos, como en la población que devenga menos de un salario mínimo (87,5 %).

Estos números coinciden con los obtenidos por estratos socioeconómicos, siendo el efectivo el instrumento más utilizado en los estratos 1 (87,8 %), 2 (80,6 %) y 3 (77,5 %). En contraste, entre las personas que residen en los estratos 4 y 5 el uso de la tarje­ta débito y las transferencias electrónicas alcanzan a tener una participación por encima del 30 %, aunque la preferencia por el efectivo es importante (64,2 % y 64,6 %, respectivamente).

Y es que la población que dispone de algún producto financiero (depósito electrónico, cuenta de ahorros, tarjetas débito y crédito, cualquier tipo de crédito, cuenta corriente o chequera) corresponde al 67,5 %. El 32,5 % restante no tiene ningún producto financiero.

Los resultados de la encuesta detallan que un 48,4 % de la población tiene depósitos electrónicos, 46,2 % cuentas de ahorro, 31,0 % tarjeta débito, 18,3 % tarjeta de crédito, 11,0 % crédito bancario, 9,3 % cuenta corriente y un 1,7 % tiene chequera.

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