Bogotá garantiza el suministro de agua potable para los próximos 33 años tras la entrada en operación de dos obras clave en la planta Tibitoc, ubicada en el norte de la Sabana.
La Alcaldía Distrital, a través de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), puso en funcionamiento el séptimo tren de tratamiento y energizó las nuevas subestaciones eléctricas de la Planta de Tratamiento de Agua Potable (PTAP), lo que amplía la capacidad operativa y fortalece la seguridad hídrica de la ciudad.
“Gracias a que hoy entra en operación el séptimo tren de la planta de Tibitoc, podemos decirle a la ciudad que tenemos garantía de agua potable hasta el año 2058. Bogotá no va a tener dificultades gracias a esta obra de optimización”, aseguró el alcalde Carlos Fernando Galán durante el anuncio.
Con esta ampliación, la planta podrá tratar hasta 10,5 metros cúbicos por segundo (m³/s) de agua, lo que responde a la creciente demanda del recurso en Bogotá y en varios municipios vecinos. La obra, además, reduce la dependencia del sistema Chingaza y mejora la resiliencia frente a fenómenos climáticos como sequías o lluvias intensas.
La modernización incluye tecnología de punta que permite ajustar el funcionamiento de los motores según la demanda, optimizando el consumo energético y reduciendo los costos operativos. “Estas dos obras son claves para lograr una planta más eficiente, confiable y sostenible”, señaló Natasha Avendaño, gerente de la EAAB.
El proyecto, cuya inversión supera los $440.000 millones, contempla además la instalación de 16 nuevos filtros, obras de alcantarillado, bocatomas, tratamiento de lodos, renovación de motores y subestaciones eléctricas, así como un moderno sistema SCADA de control y adquisición de datos. La culminación de la optimización total de la planta y sus sistemas asociados está prevista para el primer semestre de 2026.
El alcalde recordó que, aunque la modernización fue contratada desde 2019, la obra presentaba varios retrasos al inicio de su mandato. “Nos propusimos acelerar el proceso y ayer pusimos en operación el último tren que faltaba”, aseguró.
Con esta intervención, Bogotá da un paso estructural para asegurar el abastecimiento de agua a largo plazo, en medio de un contexto climático cada vez más desafiante.
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