Con la expedición del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT), la Alcaldía de Bogotá descartó de plano la construcción de una vía clave para la competitividad de la capital.
Se trata de la Autopista Longitudinal de Occidente (ALO) en su tramo norte, es decir, el que iba desde la calle 80 hasta el borde noroccidental de la ciudad. Lea más en Noticias de Infraestructura.
Este corredor estaba pensado para atravesar la ciudad de extremo a extremo, como solución al elevado tráfico que se presenta en avenidas como la Boyacá y la Ciudad de Cali.
No obstante, con el POT decretado, el proyecto irá hasta la calle 80, según confirmó este miércoles la propia alcaldesa Claudia López.
La funcionaria justificó esta decisión asegurando que hubo un acuerdo entre el Distrito y el Gobierno Nacional para limitar la ALO a dos tramos.
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Estos son los del sur y del centro. El primero irá desde el peaje de Chusacá (en las afueras de Bogotá) hasta la calle 13, en el sector de Fontibón.
Mientras que el segundo conectará el occidente de la capital, desde la calle 13 hasta la 80, donde culminará la ALO.
Hace unas semanas, López dijo que el tramo norte no se construirá por el efecto que generaría en cinco puntos de la estructura ecológica de la ciudad.
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“Tendríamos que pasar por encima de los humedales de Tibabuyes y La Conejera, por encima del Bosque Las Mercedes, afectaríamos la Reserva Van der Hammen y la zona rural de Suba, además de la zona de manejo y preservación ambiental del río Bogotá”, puntualizó.
La decisión de enterrar la ALO Norte fue criticada desde diversos sectores. El exalcalde Enrique Peñalosa aseguró que este corredor ya tenía, incluso, los predios comprados para comenzar obras.
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“Es una tragedia para la calidad de vida y la competitividad”, escribió en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el exsecretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, afirmó: “Perder el espacio destinado a la ALO hace décadas, desde la 80 hacia el norte y renunciar a ese eje de movilidad y espacio público, es de las peores decisiones que haya podido tomar la Alcaldía”.
Impacto en la ciudad
En lo anterior coincide la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), que califica como un “error colosal” no haber incluido la ALO Norte en el nuevo POT.
En un reporte de octubre, el presidente del gremio, Juan Martín Caicedo, aseguró que el argumento de la afectación ambiental es fácilmente rebatible.
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“En Nueva York, todos los aeropuertos están encima de humedales. Pero para no ir tan lejos, en Bogotá, en proyectos en proceso de contratación, como la Autopista Norte y la carrera Séptima, se prevé la construcción de viaductos para no afectar los humedales de Torca y Guaymaral”, explicó.
Por otra, parte, es clave tener en cuenta que Bogotá va a duplicar su tamaño en los próximos 40 a 50 años, con lo cual no estarían siendo consideradas las necesidades de movilidad de la ciudad.
El presidente del gremio señaló: “Bogotá va a llegar a 11 millones de habitantes en el mediano plazo (…) y, por razones obvias, sin una vía neurálgica como la ALO Norte, el resultado será una movilidad caótica en esa zona tan importante para la productividad de la capital”.
De acuerdo con la CCI, el proyecto ya tiene diseños de detalle contratados y terminados por el IDU hasta la calle 153, así como diseños en etapa de factibilidad de la calle 153 hacia el norte.
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