La Cepal elevó su estimación para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para Latinoamérica y el Caribe del 5,2 % que había estimado en julio hasta el 5,9 % para 2021.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, apuntó que la región se está viendo favorecida por el desarrollo de los principales socios comerciales de los países de la región, como China y Estados Unidos.
Durante 2020 la economía se de Latinoamérica y el Caribe se contrajo 6,8 %, una baja base de comparación que impulsa un efecto rebote para el año en curso.
Para 2022 la proyección del PIB se mantiene en la escala estimada del 2,9 % que calcularon en julio. La recuperación, sin embargo, se está haciendo más evidente en América del Sur.
El crecimiento del PIB se está viendo impulsado por la demanda externa, el alza en los precios de las materias primas que son exportadas por los países de esta zona del continente americano y por los incrementos en la demanda agregada.
Bárcena apuntó que los países desarrollados han incrementado el flujo financiero hacia los emergentes, reduciendo la volatilidad en esos mercados hasta niveles previos a la pandemia.
El crecimiento de los principales socios, que la Cepal estima en 8,4 % para China en 2021 y en 6,9 % para Estados Unidos, ha favorecido la reactivación de las economías de esta región del continente. Las proyecciones que hacen el organismo para esos dos socios son del 5,7 % y el 3,9 % para 2022, respectivamente.
Las exportaciones de bienes en 2021 han crecido 24 %, una cifra que se revisó al alza sobre el 21 % que se estimó en principio, marcadas por envíos de más volumen que inyectan dinamismo al comercio internacional, sobre todo para los exportadores de hidrocarburos.
Sobre las importaciones, tanto de bienes de consumo como de bienes de capital, estas también se han incrementado por el orden del 18 %. “Los términos de intercambio mejoran en América del Sur, pero caen en el Caribe y Centroamérica”, resaltó Alicia Bárcena.
Cepal proyecta mayores ingresos públicos y menores gastos respecto al 2020. El reporte del organismo considera que la política fiscal debe acelerar la inversión pública e incentivar y atraer la inversión privada.
Por eso, considera prioritario para la sostenibilidad de la política fiscal fortalecer los ingresos tributarios y reducir la evasión, que representa alrededor de US$325.000 millones (6,1 % del PIB regional).
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