Un nuevo cambio se implementará en los colegios públicos de Colombia a partir de la reciente sanción de la Ley Artes al Aula, firmada por el presidente Gustavo Petro. La norma establece una transformación en los procesos pedagógicos, pues dispone que las artes se integren de manera estructural en la formación de niños, niñas y adolescentes, dejando de ser un componente accesorio para convertirse en un eje fundamental del aprendizaje.
La propuesta plantea la creación de una nueva área dentro del currículo escolar orientada a fortalecer competencias ciudadanas, estimular el pensamiento creativo y promover habilidades que favorezcan el desarrollo integral del estudiantado. Con ello, la educación artística deja de ocupar un lugar opcional y pasa a consolidarse como un derecho que los establecimientos educativos deberán garantizar en todos los niveles de formación.
Uno de los elementos centrales de la Ley es la capacitación docente. El articulado establece que el Estado deberá desarrollar programas de formación para maestros, así como herramientas pedagógicas que articulen las prácticas artísticas con los contenidos educativos. Esta disposición busca asegurar que los docentes cuenten con los conocimientos y recursos necesarios para incorporar de manera adecuada las artes en el aula, desde enfoques contemporáneos y acordes con los contextos territoriales.
¿Cuál es el objetivo de la nueva Ley que implementa una materia artística en Colegios de Colombia?
La normativa también resalta la importancia de apoyar instituciones culturales ubicadas en zonas rurales y en territorios que históricamente han enfrentado brechas en educación artística. El propósito es reducir desigualdades, promover el acceso equitativo a la cultura y fortalecer los vínculos entre la escuela y las expresiones locales. Con ello, se busca que la enseñanza no se limite a los contenidos formales, sino que dialogue con las prácticas comunitarias y reconozca la diversidad cultural del país.
En ese mismo sentido, la ministra de las Cultura destacó el concepto de “aula expandida”, entendido como la apertura del aprendizaje más allá del espacio físico de la escuela. La propuesta invita a utilizar entornos urbanos, rurales y naturales —como calles, parques, ríos y territorios campesinos— como escenarios de formación artística. Esta visión concibe el territorio como un recurso pedagógico que permite a los estudiantes relacionarse con su entorno y comprender las manifestaciones culturales desde una experiencia directa.
La Ley también establece que la educación artística deberá contribuir a la construcción de ciudadanía, al fortalecimiento del tejido social y a la promoción de valores relacionados con la convivencia, el reconocimiento de la diferencia y la participación comunitaria. Estos componentes buscan que las artes se conviertan en un medio para comprender realidades sociales y para incentivar la reflexión sobre el entorno.
