La discusión sobre la posibilidad de importar gas de Venezuela volvió al centro del debate energético de Colombia, luego de que el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, anunciara que el Gobierno trabaja para restablecer el suministro del país vecino antes de terminar el año.
El anuncio fue recibido con posiciones encontradas en el sector energético. Mientras el Ejecutivo defiende la iniciativa como un paso estratégico para la seguridad energética y la integración regional, representantes de la industria y directivos de la Junta de Ecopetrol señalan que, en las condiciones actuales, no es posible concretar esa importación.
La visión del Gobierno sobre importar gas de Venezuela
El Ministerio de Minas y Energía explicó que reactivar el suministro de gas venezolano responde a tres objetivos centrales: seguridad y soberanía energética, integración regional y justicia social.
De acuerdo con el ministro Palma, la medida permitiría diversificar las fuentes de abastecimiento, disminuir la dependencia de las importaciones a precios elevados y ofrecer tarifas más justas para la industria y los hogares.
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Además, resaltó que la restauración de la interconexión San Mateo–Corozo fortalecería la cooperación energética binacional y aportaría estabilidad al sistema eléctrico.
“El reto es remover los obstáculos técnicos, jurídicos y económicos, para que el país pueda contar con una molécula de gas antes de terminar el año”, señaló el funcionario.
Luego de que la presidente del órgano directivo de Ecopetrol, Mónica de Greiff, ratificara que no era posible importar el energético desde Venezuela, el ministro Palma, por medio de su cuenta de X, aseguró que la petrolera colombiana no era la única forma de traer el gas venezolano.
“Diana, Ecopetrol, aunque nuestra principal empresa, es un agente más del mercado, una empresa más. Eso demuestra la independencia de la compañía frente al gobierno. La fortaleza de su gobierno corporativo. Para traer gas de Venezuela NO SE NECESITA A ECOPETROL”, precisó el funcionario.
Sin embargo, de acuerdo con expertos, para que el Gobierno Nacional -que controla más del 80 % de Ecopetrol- pueda concretar la medida, requiere de la petrolera. De lo contrario no podrían hacerlo, ya que las demás empresas son privadas y el Ejecutivo no tiene injerencia o no las puede obligar llevar a cabo tales acciones.
“Si no es de la mano de Ecopetrol, eso no se podrá realizar. Y, menos aún, con todas las restricciones físicas, técnicas y jurídicas que hay en la actualidad”, indicó un experto que pidió no ser citado.
Otro de los argumentos que usó Palma es que la iniciativa busca recuperar y/o velar por la soberanía energética de Colombia, pero actores del sector han explicado, en varias ocasiones, que importar gas para la demanda no térmica es perder -de alguna manera- dicha soberanía, pues se depende de otros para tener el suministro del energético al día.
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Obstáculos técnicos y geopolíticos
Desde el sector privado, las opiniones han sido más cautas. En el marco del 2° Foro Offshore Caribe: Energía y Progreso, Valora Analitik habló con Andrés Bitar, vicepresidente de Estrategia y Asuntos Regulatorios de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), quien advirtió que existen limitaciones técnicas y jurídicas que hacen inviable la importación.
“Un tramo importante del gasoducto que conecta a Colombia con Venezuela está desmantelado, lo que imposibilita la operación en el corto plazo. Además, hay restricciones derivadas de las sanciones de Estados Unidos a PDVSA, que impiden cualquier negocio con esa compañía”, explicó Bitar.
El experto agregó que, más allá de las discusiones sobre proyectos puntuales, Colombia debe priorizar rápidamente una opción de abastecimiento para evitar desabastecimiento hacia 2026 y 2027, cuando la demanda podría superar en 30 % o 40 % la oferta disponible.
Posición de Ecopetrol
Una postura similar fue expresada por Mónica de Greiff, presidente de la Junta Directiva de Ecopetrol. La directiva señaló que la empresa no puede negociar con compañías estatales venezolanas debido a las sanciones internacionales vigentes.
“El gas directo desde Venezuela para Ecopetrol no va a venir”, afirmó de Greiff, al precisar que, en caso de que una compañía privada ofreciera el suministro, sería una situación distinta. Con ello, contradijo directamente el optimismo del ministro Palma sobre la llegada de gas venezolano en el corto plazo.
Campetrol pide seguridad energética
Por su parte, el presidente de Campetrol, Nelson Castañeda, planteó que lo esencial es asegurar el suministro energético para hogares, industrias, hospitales y transporte, independientemente de la fuente.
“Todas las alternativas son viables, siempre que sean económicas y seguras. Si se logran los permisos correspondientes, el gas de Venezuela podría ser una opción, pero la prioridad es que el país no enfrente interrupciones en el servicio”, sostuvo.
Castañeda recalcó que el desarrollo económico está directamente relacionado con el consumo energético y que, en ese sentido, el reto del Gobierno es garantizar la disponibilidad de recursos.
Una discusión abierta
Mientras el Ejecutivo insiste en avanzar hacia la integración energética con Venezuela, la industria mantiene reservas sobre la viabilidad técnica y las limitaciones derivadas del contexto internacional.
El debate refleja la tensión entre las metas del Gobierno de diversificar el suministro y los desafíos que enfrenta Colombia para garantizar su seguridad energética en los próximos años, cuando el gas proveniente de proyectos offshore aún no esté disponible en su totalidad.