Cónclave decidió sobre elección del papa: Fumata fue negra y todavía hay expectativa

Se espera que en las próximas horas el cónclave anuncie la fumata blanca para determinar quién será el nuevo papa.

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Un total de 133 cardenales se reunieron formalmente en la Capilla Sixtina para dar inicio al cónclave, uno de los ritos más antiguos y significativos de la Iglesia católica, cuyo propósito es elegir al cardenal que asumirá el pontificado.

A las 4:30 p. m. hora local (9:30 a. m. en Colombia), comenzó la procesión en la que cada cardenal pronunció el juramento secreto, comprometiéndose a guardar absoluta confidencialidad sobre todo lo relacionado con las deliberaciones del cónclave.

Acto seguido, monseñor Diego Ravelli, maestro de las ceremonias litúrgicas pontificias, proclamó el tradicional Extra omnes —que significa “todos fuera”—, con lo cual se ordenó el cierre de las puertas de la Capilla Sixtina para dar paso a la votación destinada a elegir al nuevo pontífice.

Pasadas las 7:00 p. m. hora local (12:00 del mediodía en Colombia), se anunció la primera fumata, que emitió un humo negro, señal inequívoca de que no se alcanzó el consenso necesario para nombrar al nuevo papa.

Es habitual que durante la primera jornada del cónclave se realicen acercamientos y deliberaciones preliminares, por lo que una elección inmediata no suele esperarse en este punto del proceso.

Inicia el cónclave para elegir al nuevo papa
Inicia el cónclave para elegir al nuevo papa. Foto: Vatican News

¿Cómo se produce el humo que anuncia la ?

Cada vez que se genera una noticia relevante en el interior del cónclave —como una votación concluyente o una sin resultado definitivo—, se recurre a la emisión de humo para informar al mundo sobre el estado del proceso.

En este contexto, el experto en pirotecnia Massimiliano De Sanctis, citado por CNN, detalló los aspectos técnicos que permiten llevar a cabo este simbólico procedimiento.

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Según explicó, el humo blanco, que indica la elección de un nuevo pontífice, se produce mediante la combustión de un cartucho pirotécnico que contiene lactosa. En cambio, el humo negro —como el que se observó en la primera fumata— se obtiene mediante la quema de naftalina, lo que significa que la votación no arrojó un resultado definitivo.

Al finalizar cada ronda de votación, se introduce en la estufa un cartucho que contiene seis granadas de humo, cada una con una duración aproximada de dos minutos. Junto con estos dispositivos se queman también las papeletas utilizadas, como parte del ritual.

Sin embargo, esta práctica tradicional enfrentaba un inconveniente recurrente, ya que el humo no siempre era visible con claridad desde el exterior, lo que podía generar confusión entre los fieles y los medios de comunicación congregados en la Plaza de San Pedro.

Debido a ello, el Vaticano optó por modernizar el sistema, encargando el desarrollo de una unidad de control eléctrico que regula la emisión del humo pirotécnico.