Cuando una persona está empezando su vida de inversor en el mercado, es importante que tenga en cuenta algunos factores al momento de tomar decisiones que pueden afectar directamente sus inversiones.
Esto teniendo en cuenta que, en los mercados, dependiendo del tipo de inversión, se presentan volatilidades que pueden llegar a tomar malas decisiones a los inversores, lo que puede llegar a generar pérdidas importantes.
Ante dicha situación, Valora Analitik conversó con Luis Mondragón, experto en Gestión de Portafolios de Inversión, con el fin de dar una orientación a las personas que están empezando a sumergirse en el mundo de las inversiones en el mercado.
¿Cómo empezar a hacer inversiones en el mercado?
Empezando la entrevista, Mondragón indicó que el hecho de estar comprando o vendiendo acciones, como con cualquier otro título o valor; llámese de renta fija o de commodities, divisas, forex, o de criptoactivos, siempre debe estar dentro de la gestión de un portafolio.
“Esto porque si solamente te centras en cuando voy a comprar o vender una acción, no pareciera ser lo ortodoxo. Pero cuando uno está hablando de inversiones y en particular del mercado de valores, realmente cómo operar, comprar o vender y en qué punto salir o qué punto entrar, es algo más secundario dentro del contexto original de por qué tengo el portafolio”, indica Mondragón.
Entonces, explica Mondragón, primero que todo, dentro del contexto de un inversionista profesional, generalmente se piensa en el tipo de inversión. Eso es muy importante porque es un proceso que tiene varios enfoques y en particular el tema de la gestión del portafolio, ya que no debe enfocarse solo en un solo activo, sino que debe estar considerando, en primer lugar, las metas que tiene dentro de ese portafolio.
Esas metas típicamente están, digamos, referenciadas en términos de marcos de tiempo, para el corto, mediano o largo plazo.
“Una vez que se identifica ese proceso, de cuáles son tus objetivos de corto, mediano o largo plazo, identificas entonces lo que llamamos nosotros la tolerancia al riesgo”, explica Mondragón.
¿Qué es el perfil de riesgo?
El perfil de riesgo hace referencia la tolerancia al riesgo. “Básicamente lo que supone es la capacidad que se tiene ante una pérdida coyuntural o en un momento dado en el mercado de diferentes activos que poseas; cómo vas a estar en la capacidad de poder soportar esa pérdida de tal forma que no afecte tu calidad de vida”, indica Mondragón.
Entonces, ahí tolerancia al riesgo generalmente se clasifica en tres grandes segmentos: conservador, moderado y agresivo.
“Una vez que has identificado tus objetivos y el nivel de tolerancia al riesgo, es donde pasas a hacer la conformación del portafolio, en donde en ciertas instancias te dará que para tu perfil de riesgo debe tener que acciones”, explica Luis Mondragón.
Un ejemplo que comparte Luis Mondragón es que, para recibir mayores rentabilidades, se debe de tener una participación relativamente más alta de la que es para un inversionista conservador. “Si yo soy agresivo, seguramente en mi portafolio puedo darme el lujo, debido a la tolerancia al riesgo, de tener más acciones dentro del portafolio y menos, digamos, de renta fija”.
De otro lado, si el perfil es más conservador, no se puede asumir altos riesgos. Por ello es importante saber que significa la tolerancia al riesgo, ya que una caída en una acción en un momento dado, que pueda caer un 5, 10, 15, 20 %, puede afectar la calidad de vida y de las finanzas personales.
Entonces, partiendo de eso, “es cuando uno aterriza y dice, listo, voy a confirmar el portafolio, y ese portafolio va a tener X número de acciones, que idealmente esté diversificado”, explica Mondragón.
Pero, ¿qué quiere decir diversificado? Esto quiere decir que abarca diferentes sectores de la economía.
Así mismo, hay algunos sectores que son más cíclicos, es decir que dependen de la fortaleza o debilidad de la economía y hay otros que son más conservadores.
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Por ejemplo, “cuando hablas de empresas de servicios públicos, o hablas de empresas del sector de alimentos, son empresas que independientemente de los ciclos económicos, generalmente tienen una relativa tranquilidad en cuanto a su análisis por el comportamiento de sus ventas y de sus utilidades”, explica Mondragón.
Y agrega: “Muy distinto si estás hablando de un sector de construcción o cementos, donde eventualmente vas a tener picos si hay demanda agregada fuerte por, digamos, construcción, obras públicas, y adicionalmente vivienda y residencial”.
De otro lado, explica Mondragón que, épocas de políticas monetarias al alza en cuanto a tasas de interés, que eventualmente tienen como finalidad restringir la economía, va a encontrar que algunos sectores se van a ver más vapuleados porque la demanda agregada por los productos de dichas empresas se va a ver también afectadas.
Entonces, en primera instancia, una vez que se ha identificado, cuánto va a tener de su portafolio en acciones, lo ideal es que diversifique por ahí entre 5 o máximo 10 acciones.
¿Cómo diversificar un portafolio?
De acuerdo con Mondragón, tener en un portafolio para una persona en particular puede diversificarlo entre 5 a 10 acciones y que idealmente cubra diferentes sectores de la economía.
Además de esas opciones, también están los ETFs, que en gran medida hacen seguimiento a sectores específicos o inclusive a índices bursátiles.
“Sí crees que el mercado estadounidense va a tener un repunte debido a que la Reserva Federal, por ejemplo, va a bajar tasas de interés y las empresas están reportando generalmente buenas utilidades y demás, seguramente no pensarías en comprar acciones en Tesla, Nvidia, Microsoft, Google, entre otras”.
“Ahí preferiría comprar un ETF que en esencia reúne un portafolio de las acciones líderes dentro del sector. También en términos de diversificación, los llamados ETFs, que hacen referencia a sectores específicos y ayudan también al proceso de ir diversificando”.
Una vez uno establece cuáles son sus objetivos de corto, mediano o largo plazo, antes de invertir en una acción se debe tener una idea más o menos de cuánto espero que sea el retorno de esa acción.
Esto quiere decir que se debe pensar en cuál es el precio objetivo debido al análisis.
Por ejemplo, “yo tengo una acción que la compro a $2.000 y yo creo que en el lapso de un año puede llegar a $2.500; cuando la acción se está aproximando a los $2.500 y, si no ha habido un cambio radical en el aspecto macroeconómico y de empresas, el objetivo se está cumpliendo porque básicamente esa fue la idea original donde yo concebía cuando fuera a llegar a ese nivel de valoración y probablemente se encontrara ya en un valor más justo y esa subida empieza a disminuir”.
Entonces, dijo, en esos casos uno como inversionista debe establecer con anticipación los precios objetivos, es decir, los precios a los cuales uno piensa que esa acción debiera tener el potencial de llegar.
Una vez que esa acción empieza a despegar del precio al cual se compró, que viene comportándose relativamente con una tendencia ascendente, va a tener fluctuaciones seguramente en el interino, pero va a conservar tendencias primarias de que típicamente va buscando niveles objetivos parecidos a los que originalmente se estableció.
Es por eso que cuando se gestiona un portafolio debe ponerse un tiempo; un bimestre, un trimestre, un semestre, un año, para estar verificando y analizando hasta dónde se están cumpliendo los objetivos.
“En la medida en que se van cumpliendo los objetivos, liquidas y, si es el caso, refuerzas una participación en renta fija para más o menos que esa utilidad se conserve”.
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¿Qué debe de hacer no se están cumpliendo las expectativas de la inversión?
Es posible que hubiera situaciones macroeconómicas adversas que durante el interino han tomado lugar y que de pronto han cambiado ese panorama.
“Por eso ese proceso de inversión en portafolio es un proceso que debe ser dinámico. Y ese dinamismo obliga a estar con una frecuencia revisando si las inversiones están básicamente comportándose a la par de las expectativas y si los escenarios macro originalmente, digamos, pensados también se están cumpliendo”, indica Mondragón.
Y Agrega: “Esto hace parte dentro del contexto holístico de la gestión de portafolio y en la medida que uno como inversionista en acciones, generalmente estamos hablando de mediano o largo plazo, debe básicamente ceñirse a esa estrategia originalmente diseñada que tiene el objetivo de corto, mediano y largo plazo”.
¿En qué precio debe comprar una acción?
En la esencia, uno compra cuando es barato y vende cuando es caro.
“Pero la pregunta del millón es, ¿cómo sé yo que está barato y cómo sé que ya está caro? Y ahí es donde vienen entonces ya las técnicas de valoración, en donde lo que haces es que identificas una compañía X, le haces a través de los diferentes análisis bursátiles, a través de múltiplos bursátiles y de valoraciones y llegas a la conclusión que el precio actual de la acción no refleja el verdadero valor que debiera de tener. Es ahí cuando identificas que la acción está barata o cara”, concluye Mondragón envla entrevista.
Finalmente, en esos momentos es cuando el inversionista debe manejar lo que se conoce como “inteligencia emocional” con el fin de tomar las mejores decisiones y así no afectar de manera directa las inversiones que maneja en su portafolio.
