Según identificó la Central Información Contractual (Océano), promovida por el contralor Carlos Felipe Córdoba, una malla de 13.000 contratistas concentra contratos por $60 billones, estos contratistas aparecen camuflados detrás de consorcios, uniones temporales y como personas naturales.
Se detectaron casos donde una misma persona se encarga en una entidad territorial de adquisición de maquinaria, dotación de calzado, provisión de refrigerios estudiantiles y hasta la celebración de reinados.
La zona más afectada por la concentración de la contratación es la Región Caribe, con 41.029 registros o contratos por $20,4 billones. Le sigue el Eje Cafetero con contratos por $16,4 billones.
En total se depuraron ocho millones de registros de contratos, para analizar finalmente casi la mitad (4,5 millones) por valor de $441,9 billones, otorgados por la administración pública en las vigencias 2016, 2017 y 2018.
La Contraloría reveló además que el 40,5% de los contratos revisados fue adjudicado directamente y apenas en un 26,4% de los casos se utilizó en mecanismo de la licitación pública.
El primer informe de la administración del contralor Carlos Felipe Córdoba sobre las mallas empresariales trae varios casos, donde aparecen contratistas que ejecutan toda clase de servicios, a través de distintas empresas y también algunos que contratan pese a estar sancionados o inhabilitados.
Por mencionar un ejemplo, hay una persona a la que le aparecen contratos por mercados, compra de gallinas, mantenimiento de instrumentos de cuerda, instalación de parques y alimentación escolar.
