El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) reveló que su proyección de crecimiento para la economía mundial este año se ubicará por debajo del 3,1 % estimado en 2024 en medio de cambios estructurales en las políticas y una recuperación fragmentada.
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En su informe Perspectivas Macroeconómicas Globales, la asociación mundial de empresas financieras actualizó su cálculo de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) global al 2,7 % en 2025, por debajo del promedio del 3,7 % observado de 2011 a 2019.
Fuente: IIF.
El IIF señaló que el crecimiento global está perdiendo impulso, también destacó que esta desaceleración es amplia, pero desigual, pues detrás de los números generales hay una transición estructural más profunda.
“La economía global no simplemente enfrenta una desaceleración cíclica, está entrando en una nueva fase caracterizada por entornos de políticas fragmentadas, efectos de estímulo que disminuyen y políticas económicas de Estados Unidos cada vez más intervencionistas”, indicó el instituto.
Entre las economías del G3, por ejemplo, se espera que Estados Unidos crezca solo un 0,3 % este año en comparación con el cuarto trimestre del año anterior, una desaceleración que el instituto calificó como drástica “con la expansión fiscal y la incertidumbre arancelaria moldeando el sentimiento”.
El regreso de los aranceles ha intensificado la incertidumbre global. A estos se sumarían una política fiscal sigue siendo estimulativa, signos de debilitamiento de la demanda interna, deterioro de la confianza del consumidor, expectativas de inflación elevadas y un sentimiento empresarial negativo.
Por su parte, la zona euro y Japón crecerán un 0,7 % y un 0,1 %, respectivamente. Estos mercados también enfrentan un alza tenue restringido por ajustes fiscales y monetarios divergentes.
De hecho, Europa enfrenta sus propios desafíos de política, con Alemania avanzando hacia una política fiscal más expansiva mediante un aumento del gasto en defensa e infraestructura que podría complicar el objetivo de inflación del Banco Central Europeo y crear tensiones fiscales internas dentro de la región.
Se proyecta que los mercados emergentes, excluyendo a China, crezcan un 3,6 %, por debajo de su ritmo anterior a la pandemia, un resultado “resiliente en general”, de acuerdo con el instituto, aunque la asignación de capital allí sea cada vez más selectiva y sensible a las políticas.
Fuente: IIF.
China, finalmente, continuaría cumpliendo con sus objetivos de crecimiento y este se mantendría moderado, pues el resultado dependerá en gran medida de políticas que limiten los efectos globales. Sin embargo, el análisis señala que los esfuerzos por transitar hacia un crecimiento impulsado por el consumo siguen siendo lentos debido a la infraestructura de servicios insuficiente y la baja confianza.
El IIF concluyó que estas dinámicas preparan el terreno para flujos de capital diferenciados, los cuales examinará en su próximo Informe sobre Flujos de Capital. “Las tensiones comerciales, las respuestas inflacionarias divergentes y las elevadas cargas de deuda están remodelando la asignación de capital a nivel global”, adelantó.
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