El dólar en Colombia ha sido otro de los medidores del mandato del gobierno de Petro, a ojos de los analistas del mercado. Las decisiones en materia de política económica y el mensaje que se entrega al mercado hacen parte del espectro de análisis.
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La moneda estadounidense tuvo fuertes volatilidades al inicio del mandato, llevando incluso a pensar que la tasa de cambio podría cotizarse en los $5.000. Sin embargo, ese escenario se materializó hasta noviembre de 2022, momento en el que la alta inflación, que superaba las expectativas del mercado, empujó a una de las depreciaciones del peso más complejas en los años.
Desde ese momento, el dólar en Colombia ha venido en una suerte de normalización, sin dejar de lado que se han dado fuertes episodios de volatilidad que han coincidido con varios hechos locales y externos.
Del lado de los locales, la incertidumbre en su momento con anuncios a manos del mismo presidente para controlar los capitales golondrina o incluso la posibilidad de intervenir en las decisiones del Banco de la República para bajar las tasas de interés.
Los efectos políticos en el dólar en Colombia
En 2023, a pesar de la aprobación de la reforma pensional y el avance de la reforma laboral, el mercado pareciera haber dado por descontado una serie de cambios que se iban a presentar. Las mayores presiones siguen estando por la capacidad que pueda tener el país, según centros como Fedesarrollo, de atraer una inversión extranjera que sigue menguada por las tasas de interés tan altas y también por la incertidumbre que genera el manejo de la deuda.
Si bien las calificadoras mantuvieron el grado de inversión al país, hubo bajas en la perspectiva, lo que supone que los compromisos fiscales estarían en vilo. Lo anterior es un factor extra para el mercado externo y los inversionistas, quienes no ven con buenos ojos que existan este tipo de presiones por lo que pueden espantarse los vientos de inversión y un golpe sobre el precio del dólar en Colombia.
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Otro de los puntos clave que ha condicionado el comportamiento de la tasa de cambio pasa por la idea que mantiene el gobierno Petro de desincentivar el mercado petrolero y de las industrias extractivas.
El efecto del petróleo en el dólar en Colombia
A pesar de que en 2023 y 2024 el precio del petróleo estuvo por encima de los US$80, el país redujo su producción en cerca del 2% el año pasado y este año ha datos que no son alentadores. Un documento de Corficolombiana explica que Colombia tiene 342 campos petroleros activos, dato que da cuenta de una muy importante caída en comparación con los 417 campos activos en 2019.
Todavía con ese escenario complejo para la entrada de divisas más importante que tiene el país, la política oficial ha sido la de reemplazar ese ingreso de dólares en segmentos no tradicionales y, sobre todo, del turismo.
Dice el Ministerio de Comercio que en el primer semestre de 2024 llegaron al país 3.115.341 de visitantes no residentes, lo que representa un aumento del 8,5% con relación al mismo periodo de 2023. De esta cifra, el total de extranjeros no residentes llegó a 2.144.765, lo que representa un incremento del 11,1% con relación al primer semestre del año pasado.
Las nuevas apuestas para el dólar
En materia de cómo influye ese fenómeno en el dólar en Colombia, el Ministerio resalta que la inversión extranjera directa, solo en los primeros tres meses de 2024, dejaron como resultado el ingreso de US$526 millones por concepto de comercio, restaurantes y hoteles, un 21,3 % más que en el mismo periodo de 2023.
“Igualmente, frente a las exportaciones en la cuenta de viajes, al país ingresaron US$2.536 millones solo en el primer trimestre de 2024, cifra superior en un 19 % frente al mismo periodo del año anterior”, dice.
Las principales encuestas, de momento, apuntan a que los primeros dos años del gobierno Petro dejarán como resultado un dólar en Colombia que se trepó desde los $3.500 hasta los $5.000, pero que ha venidos cayendo con fuerza.
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Con los recientes eventos externos de posibles recesiones en Estados Unidos y algunas economías fuertes de Asia, la apuesta gira entorno a que la tasa de cambio no se dispare más allá de los $4.500.
