Aunque es un hecho que en Colombia el desempleo ha venido disminuyendo y cada vez más personas consiguen un trabajo, indicadores más detallados dejan ver que el trabajo informal, el autoempleo o el rebusque se ha convertido en la opción para millones de personas en el país.
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El codirector del Banco de la República, César Giraldo, aseguró en una reciente intervención en la Comisión Cuarta de economía del Parlamento Andino que “la gente está en el rebusque tratando de ganarse la vida por fuera de la relación salarial”.
Según el Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo), el mercado laboral colombiano no tiene capacidad para absorber a una de cada cinco personas disponibles para trabajar, lo que “ha llevado a la clase trabajadora a condiciones laborales cada vez más precarias”.
Esta situación se evidencia, según los expertos, en una baja tasa global de participación (relación porcentual entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar), que en marzo se ubicó en el 64,7 %.
Esta ligera presión de la población sobre el mercado laboral se ha vuelto regla desde la pandemia, pues en años anteriores estaba por encima del 68 %. Cedetrabajo estima que, si esta tendencia persiste, el país necesitaría al menos seis años más para recuperar el nivel histórico mencionado, lo que llevaría la recuperación hasta 2031.
También daría cuenta de este fenómeno la alta subutilización de la fuerza laboral o subempleo, que hace referencia a la cantidad de personas que, estando ocupadas, manifiestan sentirse inconformes con las condiciones de su trabajo. Aquí figuran unos dos millones de personas.

Finalmente, esta situación es acompañada por altas tasas de informalidad (57,7 % que equivale a unos 12 millones de personas), pues más de la mitad de la población ocupada no realiza aportes a la seguridad social y en las zonas rurales alcanza niveles del 84,3 %. El Banco de Bogotá atribuyó parte de este repunte al alto ajuste del salario mínimo y la rigidez que provoca en los procesos de contratación.
¿Dónde se están empleando los colombianos?
Un análisis del BBVA Research advierte un fuerte crecimiento del empleo no asalariado o independiente (+8 %). Entre marzo de 2024 y marzo de 2025 se crearon 1,1 millones de empleos, de ellos, 110.000 asalariados y 947.000 no asalariados.

El problema es que, en Colombia, el empleo no asalariado es más que todo informal y hay una alta participación de trabajadores por cuenta propia informales: entre los trabajadores independientes, el 80% son informales, el 80 % cuenta propia y el 70 % informales por cuenta propia, según el informe.
Las principales razones por las que las personas manifiestan que trabajan por cuenta propia son despido o para tener mayor independencia, según el análisis de Pradatos Analítica, basado en cifras del DANE. «No se puede identificar si fue porque esa persona no logró encontrar un trabajo como asalariado, aunque uno puede asumir que venían del mercado laboral formal y estarían interesados eventualmente en regresar», indicó Carlos Prada, fundador de la firma de análisis y procesamiento de datos.
La informalidad también debe ser abordada a través de la formalización de las empresas y otro tipo de intervenciones en la economía, de acuerdo con un diagnóstico de Pradatos Analítica, pues las microempresas tienen menor capacidad de cubrir costos laborales y mayor probabilidad de estar en el sector informal, “haciendo que cualquier empleador o cuenta propia ligado a la misma sean informales”.

“Sería una mejor noticia si la composición de la creación de empleo favoreciera más el empleo asalariado, pues más del 70 % de los trabajadores asalariados son formales, es decir, presentan mayores niveles educativos, condiciones laborales más favorables y mayores coberturas sociales que los informales”, dijo la economista senior del BBVA, María Claudia Llanes.
Por otra parte, el Banco de Bogotá señaló en un informe que cerca del 94 % de los nuevos empleos se dieron en sectores que poseen una tasa de informalidad superior a la del promedio nacional: agricultura (87 %), alojamiento y comida (75 %), transporte (69 %), construcción (66 %) y comercio (58 %).
Del millón de empleos generados en marzo, las ramas mencionadas aportaron 991.000; solo el agro puso 381.000. Otra aproximación destaca que, del 100 % de nuevos empleos, solo el 17 % fueron de empleados particulares. Por su parte, el 59 % fue en trabajos cuenta propia, 11 % como jornalero (o peón) y otro 10 % como trabajador familiar sin remuneración.
¿Quiénes enfrentan más barreras?
La población fuera de la fuerza laboral, que se compone de aquellas personas que estando en edad de trabajar decidieron no participar en el mercado laboral, ha venido un aumento. Una buena parte de ella se dedica a los oficios del hogar (7,8 millones) o ha dejado de buscar empleo por falta de oportunidades (1,6 millones).
De acuerdo con el informe de Cedetrabajo, mujeres, jóvenes y habitantes rurales enfrentan mayores barreras para acceder a empleos estables y bien remunerados. Mientras el 76,5 % de los hombres en edad productiva están ocupados o buscando empleo, solo el 53,8 % de las mujeres lo hace. En el caso de los jóvenes (15 a 28 años) la tasa es del 55,4 %.
Así, el centro advierte que el país muestra una estructura laboral que excluye a quienes más necesitan trabajar y sugiere “una estrategia integral de transformación productiva y laboral que recupere la industria, fomente el emprendimiento y garantice condiciones de trabajo dignas, en especial para los sectores históricamente marginados”.