El sector siderúrgico colombiano enfrenta en la actualidad un panorama retador marcado por desventajas competitivas que están reduciendo significativamente los márgenes de las empresas productoras, afectadas por el contexto creciente de las importaciones de otros países.
Y es que, si bien a Colombia siempre ha llegado acero de más orígenes, la industria argumenta que en los últimos años la sobreoferta de estos productos en el mercado local ha llevado los precios a valores muy inferiores de los que se comercializan regularmente.
Aunque el problema tiene muchas aristas, cálculos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), a través del Índice de Construcción a Edificaciones, muestran que ya van 37 meses consecutivos de caídas en el precio del acero y que las mayores dificultades sobre el tema se presentan con los países con los que Colombia no tiene un tratado comercial vigente, como China y más recientemente, Rusia.
Mientras que, en 2018, productos como las barras de acero, perfiles, tuberías, o alambres derivados de alambrón se vendían 19 % por debajo del valor de las referencias producidas dentro del territorio, para 2024 la cifra ya era menos de la mitad (52 %), como se evidencia en los registros de importación dela Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN).

En el país, así como en el mundo, la relevancia del acero es muy significativa para sectores como la infraestructura y construcción de edificaciones. En este último, es el segundo insumo más importante, representando un 14 % de los costos directos de una obra, de acuerdo con los datos de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).
“El riesgo que se está dando actualmente en el país, más que de que cantidades está siendo sobre el precio. Los valores de comercialización de la actualidad hacen prácticamente insostenible la operación de las empresas nacionales”, afirmó Daniel Rey, director ejecutivo de la Cámara de Productores de Acero de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI).
En este escenario, Diaco -una de las cinco siderúrgicas locales, que se suma a Acerías Paz del Río, Ternium, Siderúrgica de Occidente (Sidoc) y Simec- comenta que los márgenes de varios de sus productos del portafolio hoy tienen una pérdida de cerca de 10 puntos porcentuales.
“Esta sobreoferta es evidente, generada por este exceso de importaciones a precios muy inferiores que distorsionan el mercado, podemos estar hablando de diferencias hasta del 20 %, de orígenes que tienen sobreinventario y definen traer a Colombia de forma marginal”, expuso Mauro de Castro, el director país de la compañía.
La llegada de acero importado a Colombia se ha traducido también en caídas en la producción y es que, según un informe de Camacol, en el primer semestre de este año las industrias básicas de hierro y el acero -dos de las más relevantes encadenadas a las construcción- han reducido 7,9 % su producción.

La dominancia de China impacta a América Latina
Los desafíos para la industria siderúrgica a raíz de las importaciones no son un asunto que compete solo a Colombia, sino que vienen afectando a la región.
Recomendado: ANDI alerta por riesgos en sector acero: competencia desleal y menor demanda afectarían empleo
La Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) indicó que, en los últimos 15 años, las exportaciones chinas de acero hacia América Latina crecieron más de 223 % -pasando de 4 millones de toneladas en 2010 a 14,1 millones en 2024-, y las de acero indirecto (productos terminados que contienen acero) alrededor de 338 %. Se trata de productos que llegan a precios por debajo de su costo.
“Detrás del acero y de cada auto eléctrico, heladera y lavarropas que China vende al mundo, hay un complejo y vasto entramado de subsidios que es necesario visibilizar para nivelar el terreno de juego. Estos subsidios son incentivos, exenciones y apoyo discrecional, característicos de una economía centralmente planificada, que impactan en distintas etapas del proceso de producción”, expuso Ezequiel Tavernelli, director ejecutivo del gremio.
China produjo el año pasado el 54 % del acero del mundo, consolidándose como el mayor jugador en la industria global. India, que es el país más poblado del planeta, ocupó el segundo, apenas con un 7 %, lo que refleja la magnitud de la situación. Japón cerró con un 4,5 %, Estados Unidos con 4,2 % y Rusia con 3,8 %.
Según un informe de la Dirección de Investigaciones Económicas de Bancolombia, Colombia es un participante de escala reducida en este mercado, lo que la convierte en un tomador neto de precios. La industria nacional produce en promedio 1,6 millones de toneladas de acero. En ese contexto, Colombia no tiene ni el 1 % de lo que se fabrica a nivel global.
Sin embargo, hay que mencionar que, a pesar de no ser un gran productor, buena parte del consumo interno se abastece con producción local, cerca del 80 %.
“China produce en 12 horas lo que produce Colombia en un año. Estamos hablando de una posición muy dominante en el planeta”, afirmó Rey.
En América Latina la industria del acero agrupa más de 1,4 millones de puestos de trabajo, pero la oferta ha generado grandes perjuicios para muchas compañías empleadoras.
En Chile, por ejemplo, el año pasado luego de 74 años de historia se apagó definitivamente el horno de la compañía Siderúrgica Huachipato, ubicada en Talcahuano.
La creciente competencia con el acero importado desde China, que llegaba a Chile con un precio aproximadamente 40 % más barato, hizo inviable la operación de la empresa. A pesar de que Huachipato había intentado proteger su operación solicitando aranceles antidumping, las medidas fueron insuficientes para contrarrestar las pérdidas acumuladas por US$700 millones desde 2019.
“La sobreoferta de acero, principalmente originada por China está afectando a la industria mundial. Como resultado, el acero llega en general a mercados como América Latina con precios artificialmente bajos, generando una competencia desleal que afecta la industria nacional del acero en Colombia, de la que viven más de 50.000 familias colombianas”, comentó Fabio Galán, presidente de PazdelRío.

Hoy en Colombia -según la DIAN- los productos de acero de los capítulos del arancel de aduanas 72 (fundiciones hierro y acero) y 73 (manufacturas de hierro y acero), tienen aranceles que fluctúan entre el 0 % y el 15 %.
Tras el análisis de varias de las subpartidas que integran componentes de acero, la entidad reveló a este medio que al cierre de 2024 se importaron más de 62.040 toneladas de acero de China, lo que representó un crecimiento casi de 10 % con respecto al 2023.
Más en detalle, Bancolombia mostró que las importaciones de aceros largos crecieron 21%, mientras que la producción local creció 14 %. “Aunque el 75 % de la oferta interna provino de producción nacional, el incremento sostenido de las importaciones, junto con la baja de los precios internacionales y la acumulación de inventarios en un entorno de menor demanda interna, pueden generar presiones significativas sobre los ingresos del sector. Además, la valoración de los inventarios se puede ver afectada al tener ajustarse con los precios internacionales”, se lee en su reporte.
Rusia: el nuevo reto para el acero colombiano
Pero además de China, en los años recientes otra de las preocupaciones de la industria ha sido el ingreso de un nuevo jugador que ha traído grandes volúmenes de varias referencias de acero a Colombia.
Mientras que en 2021 la llegada de acero de ese país a territorio colombiano fue nula, en 2022 el dato creció a las 23.800 toneladas (t); en 2023, fueron otras 50.700 t; y el año pasado, cerró con 77.700 toneladas en todo el mercado nacional. Entretanto, en lo que va recorrido de 2025, ya son 20.800 toneladas las que han llegado de Rusia.
En ese escenario, en diciembre de 2022, medios de comunicación anunciaron la llegada de Fórmula Acero a Colombia, una compañía dedicada a la importación y exportación de acero, piedras preciosas y fármacos, entre otros, la cual hoy se consolida como la de mayor relevancia en el insumo que se trae de ese país.
Fórmula Acero, constituida en el país en mayo de 2022, figura como una empresa con domicilio en Barranquilla dedicada al comercio al por mayor de materiales de construcción artículos de ferretería, pinturas, productos de vidrio, equipo y materiales de fontanería y calefacción, como se especifica en su actividad CIIU.
En su primer año de operación, la firma trajo 24.491 t de productos de acero y en 2023, la cifra se elevó a 44.312 t.
De acuerdo con el informe de gestión reportado ante la Superintendencia de Sociedades, en 2024, Fórmula Acero Colombia importó y nacionalizó más de 76.049 toneladas de este producto, representando un incremento de 72 % en comparación con las cifras de 2023.
Estas nuevas existencias, sumadas al inventario de 4.918 toneladas que se traían de 2023, dejó un saldo de 80.967 toneladas que se pusieron a disposición del mercado colombiano el año anterior.
El resultado final, fue la venta de más de 75.000 t y un registro restante de 7.300 t, del cual el 87 % correspondió a rollos de chipa y alambrón, mientras que 13 % restante fue material largo. Con ese consolidado operativo, la facturación de la firma asedió a más de $204.480 millones, un 17 % más respecto al año anterior.
Desde Diaco comentan, por ejemplo, que de rollo liso de acero se deben vender alrededor de 13.000 toneladas mensuales en el mercado colombiano, pero que si se contrasta con las 77.000 toneladas que entraron de Rusia el año pasado se estaría registrando una sobreoferta de más de 50 %, lo cual “claramente impacta los negocios nacionales”.
Para la industria colombiana, más allá de una compañía en específico, el problema con Rusia, así como sucede con China -y además del precio inferior de venta- está asociado a los estándares exigidos por la regulación colombiana muy relacionadas con parámetros antisísmicos.
“En ambos casos, las empresas han denunciado que en ocasiones no se cumple con la norma técnica que incluye criterios en etiquetado, en propiedades mecánicas y en propiedades químicas del de la barra corrugada, del acero”, relató Rey.
El líder gremial agrega que es un tema que “nos preocupa porque ese acero de varios orígenes va a llegar a las edificaciones y que si no cumple, puede poner en riesgo la vida de las personas y la estabilidad de las edificaciones”.
El crecimiento de las importaciones de acero ha sido percibido también a través de las terminales portuarias. De acuerdo con Lucas Ariza, director de Asoportuaria (Asociación de Puertos del Atlántico) -donde se ubica el Puerto de Barranquilla, a donde más acero llega de Rusia- comentó que en general las importaciones de este producto para el mes de agosto batieron récord con más de 220.000 toneladas.
¿No han funcionado las salvaguardas del Gobierno a las importaciones de acero?
El Gobierno de Colombia ha implementado en los últimos años distintos tipos de salvaguardas para proteger a la industria nacional frente al tema de las importaciones. No obstante, aún siguen viéndose altos perjuicios en la industria.
En primera instancia -con el Decreto 1227 de octubre de 2024- se fijó un arancel de 14,5 % sobre las importaciones de barras de acero corrugadas provenientes de países de la Comunidad Andina (CAN), principalmente Perú, otro de los países con los que históricamente se ha identificado desventajas competitivas.
Posteriormente, el Decreto 1294, estableció otro gravamen de 30 %, adicional al 5 % existente, aplicable a importaciones de alambrón de hierro o acero sin alear desde países sin acuerdos comerciales con Colombia, como China y Rusia.
En el caso de compañías como Fórmula Acero, tal como se describe en el informe de gestión, “a pesar del impacto de la salvaguardia implementada en octubre, que incrementó el arancel de 5 % a 35 % en nuestro principal producto importado (alambrón), logramos mantenernos dentro del top 10 del sector”.

“El reporte anual de importaciones en Colombia confirmó el volumen de nuestras importaciones y posicionó a la empresa en el puesto número cinco de los principales importadores de acero en Colombia”, se lee en el documento.
En el caso de las importaciones de Rusia, la efectividad de las medidas aplicadas tiene opiniones divididas. Una parte del sector argumenta que estas han sido eficientes, pues han ayudado a reducir el ingreso a precios de predatorios de del acero proveniente de esos destinos, mientras que para otra parte de los empresarios los costos de producción en esos países son tan bajos que, pese a el gravamen para entrar a Colombia, siguen manteniendo precios muy bajos de venta en este mercado.
En medio de esta situación, también entran a la conversación otros temas como los estándares de calidad de todos los insumos producidos -ya sea en el país o fuera de él-. Lo anterior, pues en materia de sostenibilidad, Alacero identificó que en casos como el de China, el acero se produce y se exporta con una huella de carbono (CO2) de 18 %, mayor a la media global y 25 % mayor a la de América Latina.
Mientras que China emite 2,24 toneladas de CO2 por tonelada de acero producido, en Colombia el promedio es de 0,66 toneladas, más bajo que el de la región (1,55 t) y el mundo (1,91 t).
Lo anterior ha sido posible, entre otras cosas, a que, pese a la coyuntura, la industria siderúrgica colombiana no ha dejado de invertir. De hecho, para los próximos cuatro años se tiene una meta de nuevos recursos superior a los $1,2 billones, de los cuales $508.000 -el monto más grande- será destinado a sostenibilidad ambiental. Otros $334.000 a competitividad y los $375.000 restantes a tecnología e innovación.

“Podemos cubrir la demanda interna total de acero con un producto que cumple los estándares de sismo-resistencia y respaldo en todo el país. Estamos preparados para generar más empleo y acelerar el progreso en todas las regiones”, recalcó la ANDI.
A diferencia de otros países, la industria de la construcción en Colombia tiene un componente sólido desde hace muchos años en prácticas sostenibles, con iniciativas líderes como Camacol Verde, la estrategia del gremio orientada a impulsar un sector constructor más responsable con el medio ambiente, fomentando prácticas sostenibles en toda la cadena de valor -incluida la industria siderúrgica-.
Perú: otro caso que no se resuelve
Ahora bien, el caso de Perú tiene un asterisco aparte. Si bien el Gobierno colombiano intentó avanzar con la imposición para restringir el ingreso de barra corrugada en condiciones de “dumping” -conclusión a la que se llegó tras una investigación-, en este caso la medida fue suspendida por la Comunidad Andina (CAN), organismo con el que Colombia sí tiene un tratado comercial vigente.
Valora Analitik conoció el texto de la entidad en la que se resolvió “denegar la solicitud presentada por la República de Colombia para adoptar medidas correctivas definitivas a las importaciones de barras de hierro o acero corrugadas para refuerzo de concreto clasificadas por la subpartida arancelaria 7214.20.00.00”.

Asimismo, se solicitó a Colombia que, “a través de sus autoridades nacionales competentes, de ser el caso, ordene la devolución de los montos que hubiesen sido cobrados durante la aplicación provisional de las medidas correctivas establecidas en el Decreto 1227 del 3 de octubre de 2024”.
Colombia alegaba que Perú ha ganado participación dentro del total importado y había “logrado desplazar a proveedores como Turquía, uno de los principales jugadores mundiales del mercado y la producción de aceros largos.
“A partir del ingreso de Perú al mercado colombiano, el precio de los productores nacionales y de los demás proveedores internacionales, se ha tenido que ajustar cada vez más al bajo precio al que se comercializan las barras objeto de investigación”, expuso el país en sus argumentos para la implementación de la medida.
Entre otras cosas, la Resolución de la CAN insistió en que el artículo 97 del Acuerdo de Cartagena señala que las medidas de salvaguardia que aplican los países miembros en el marco de este artículo deben dirigirse a productos específicos.
En ese sentido, la Secretaría General de la Comunidad Andina argumentó que debe evaluar “de manera específica la incidencia que tienen las importaciones de barras de hierro o acero corrugadas de la Comunidad Andina sobre la producción del producto similar elaborado en Colombia”.
¿Cuál es la solución?
Bajo este entorno, la industria deja claro que no se está en contra de la llegada de más competencia, pero que esta sí debe caracterizarse por ser justa y cumplir con todos los estándares.
Y es que hoy, la industria del acero en Colombia genera más de 45.000 empleos entre directos e indirectos y cuenta con una capacidad instalada de 2,6 millones de toneladas. Cuatro de las cinco empresas que componen el sector tienen más de 60 años operando en el país, y la que menos lleva ya suma 20 años también, y durante todo este tiempo el compromiso ha estado alineado con el crecimiento responsable y sostenible.
“Hay que velar por la protección de la industria colombiana, independientemente del origen, ya que tener una industria siderúrgica sólida en el país garantiza que pueda crecer de forma sostenida y segura en vivienda e infraestructura, que son motores de la economía”, relatan los voceros.
Para el presidente de Diaco, “si la industria siderúrgica no sobrevive a la crisis en Colombia estaríamos sujetos a otros países que en momentos donde la demanda se incremente, dejen de poner el producto en Colombia. Como país, industriales, sociedad, clientes debemos pensar en mediano y largo plazo”.
“Insistimos en la necesidad de mantener el compromiso colectivo de priorizar el bienestar del empleo y la producción local, porque detrás de cada tonelada de acero nacional hay familias, progreso y futuro para el país», enfatizó el presidente de Acerías Paz del Río.
Este escenario coinvierte a 2025 en un año particularmente complejo para la industria.
“El sector de hierro y acero en Colombia se mantiene en alerta ante la fuerte presión a la baja de los precios internacionales, derivada de la sobreoferta proveniente de China, líder del mercado global. Esta coyuntura, sumada al ingreso creciente de importaciones a menores precios, la desaceleración de la construcción y el estancamiento de las ventas internas ha propiciado la acumulación de inventarios y ha elevado los riesgos para la competitividad local”, dice Bancolombia.
En consecuencia, la entidad dice que las perspectivas de recuperación de precios en el corto plazo para el sector son limitadas y concluye que 2025 se perfila como un año particularmente retador para la industria nacional.




