Una nueva y peligrosa escalada en Medio Oriente se desató tras los recientes ataques lanzados por Estados Unidos contra instalaciones nucleares clave en Irán.
El presidente Donald Trump anunció públicamente la operación, llevada a cabo en coordinación con fuerzas israelíes, como un «golpe militar exitoso», mientras que Teherán respondió con una ofensiva de misiles sobre territorio israelí, avivando los temores de un conflicto regional de gran escala.
Durante un discurso televisado, Trump aseguró que las instalaciones estratégicas de Irán habían sido «destruidas» utilizando bombas antibúnkeres y misiles de precisión.
De acuerdo con información de Reuters, los objetivos incluían, según informes, la planta subterránea de enriquecimiento de uranio en Fordow, uno de los puntos más sensibles del programa nuclear iraní.
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La reacción de Irán no se hizo esperar. A través de un mensaje en redes sociales, el canciller Abbas Araqchi acusó a Washington y Tel Aviv de violar el derecho internacional y aseguró que su país “se reserva todas las opciones” para defenderse. «Responderemos por nuestra soberanía, nuestros intereses y nuestra gente», escribió.
Como parte de su contraofensiva, Teherán disparó 40 misiles contra Israel durante la noche, alcanzando zonas urbanas en Tel Aviv y provocando daños significativos en infraestructuras civiles.
Decenas de personas resultaron heridas. Las sirenas antiaéreas activadas en todo el país obligaron a millones de israelíes a refugiarse mientras se producían intercepciones aéreas sobre Jerusalén y otras ciudades.
En declaraciones desde Estambul, Araqchi advirtió que su gobierno evaluará todas las vías de respuesta antes de considerar una reapertura del diálogo diplomático. “Estados Unidos solo entiende la fuerza. No podemos negociar mientras nos bombardean”, sostuvo.
La administración Trump, sin embargo, dejó abierta la puerta a la negociación. Según fuentes de CBS News, Washington habría enviado un mensaje a Teherán asegurando que su objetivo no es un cambio de régimen, sino frenar el desarrollo nuclear y garantizar la estabilidad en la región.
“El futuro de Irán será paz o tragedia”, afirmó el mandatario estadounidense.
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Desde Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu celebró la acción militar estadounidense y la calificó como “una decisión valiente”. En una inusual muestra de unidad política, el líder opositor Yair Lapid también respaldó la operación, argumentando que el mundo es ahora “un lugar más seguro”.
Entretanto, según Reuters, la población civil en Irán expresa temor ante la posibilidad de un conflicto prolongado con consecuencias devastadoras. “Vivimos como en una película de terror. Nadie sabe qué pasará mañana”, relató a Reuters una profesora en Kashan, antes de perder conexión telefónica.
El conflicto se produce en un contexto ya cargado de tensiones, con enfrentamientos activos en Gaza, Líbano y Siria, y amenaza con sumir a Medio Oriente en una nueva fase de violencia generalizada.
Parlamento iraní anuncia el cierre del estrecho de Ormuz, clave para el comercio del petróleo
En medio de las tensiones, tras el ataque de Estados Unidos a las centrales nucleares de Irán, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán debe tomar la decisión final sobre el cierre del Estrecho de Ormuz, según ha informado este domingo la cadena iraní Press TV, después de que el parlamento aprobara la medida.
La decisión de cerrar el estrecho, por donde fluye alrededor del 20 % de la demanda mundial de petróleo y gas, aún no es definitiva. Sin embargo, el legislador y comandante de la Guardia Revolucionaria, Esmail Kosari, declaró el domingo al Club de Jóvenes Periodistas que hacerlo está en la agenda y «se hará cuando sea necesario».
Hasta el momento no hay más detalles al respecto.