Esta fintech adelanta el pago de nómina a trabajadores en Colombia

Diego Rodríguez y César Cuevas, cofundadores de Linxe, han formalizado convenios con empresas que agrupan a 200.000 colaboradores en Colombia.

Diego Rodríguez y César Cuevas, cofundadores de Linxe, han formalizado convenios con empresas que agrupan a 200.000 colaboradores en Colombia.

Actualmente, su plataforma está conectada a seis softwares de nómina que procesan más de cuatro millones de trabajadores que representan el 40% del mercado de empleados formales en Colombia y, además, está integrada a Deceval, la entidad de la Bolsa de Valores que permite la digitalización y custodia de los títulos de los créditos en su sistema. Vea más en finanzas personales.

En la actualidad esta compañía fintech ha logrado formalizar convenios con empresas que agrupan a 200.000 colaboradores, a partir de los cuales se han procesado más de 5.000 solicitudes de crédito y ha realizado desembolsos por el orden de los US$200.000 (cerca de $760 millones).

La inclusión financiera sigue tomando protagonismo en las economías de América Latina gracias a los avances que han permitido un acceso cada vez más amplio de la población a diferentes tipos de servicios bancarios.

De acuerdo con el Microscopio Global, elaborado por la Economist Intelligence Unit (EIU), que se enfocó en el papel de la inclusión financiera en la respuesta frente al Covid-19, la región se destaca como la mejor posicionada entre los mercados emergentes del mundo. Colombia lidera el ranking entre 55 países evaluados, junto a Perú, Uruguay, Argentina, México y Brasil entre los 10 primeros.

Ese liderazgo regional se debe, en parte, a una respuesta al problema del sistema tradicional financiero, que en el caso del acceso al crédito se caracteriza por las elevadas tasas de comisión y las trabas burocráticas, pero también por la falta de experiencia y acceso a la información de millones de personas, que las vuelve invisibles al sistema tradicional.

Solo en Colombia, en marzo del 2021, el 35,2% de la población adulta tenía al menos un producto de crédito vigente en el sistema financiero; es decir, 12,8 millones de personas, según el Reporte Trimestral de Inclusión Financiera de la Banca de las Oportunidades.

Para incrementar estos números, en el país vienen tomando cada vez más fuerza las empresas emergentes de tecnología financiera, mejor conocidas como , los jugadores más relevantes del mercado para facilitar a más personas el acceso a los servicios financieros.

Es el caso de Linxe, la primera fintech colombiana que ofrece microcréditos que se descuentan a la nómina para empleados de bajos ingresos, permitiéndoles mejorar y ampliar su bienestar financiero en el país y en la región.

Actualmente, la plataforma de esta compañía está conectada a seis softwares de nómina que procesan más de cuatro millones de trabajadores que representan el 40% del mercado de empleados formales en Colombia y, además, está integrada a Deceval, la entidad que hace parte de la Bolsa de Valores de Colombia y que permite la digitalización y custodia de los títulos de los créditos en su sistema.

“La alianza con los softwares de nómina es clave en nuestra oferta porque nos permite llegar de una forma más eficiente, estructurada y segura a las empresas, y a través de ellas a los colaboradores. En lugar de enviar a ejecutivos comerciales a que visiten a compañía por compañía y cierren cada acuerdo, partimos de nuestras alianzas, lo cual nos ofrece mayor escala y acelerar el proceso B2B”, explican Diego Rodríguez y César Cuevas, cofundadores de Linxe.

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¿Cómo funciona Linxe?

La plataforma de esta fintech permite solicitar un microcrédito o un adelanto de salario en menos de cinco minutos, sin la necesidad de entregar documentación física, pero utilizando la firma electrónica para formalizar los términos y condiciones de la operación.

Con el ‘adelanto de salario’ se tiene un plazo máximo de 30 días que se descuenta de forma quincenal o mensual al empleado, según la modalidad de pago de la empresa, no debe superar el 20% del salario total del trabajador, no se cobra intereses, pero sí una cuota de administración fija que se paga solamente cuando se utiliza. Por su parte, el préstamo de bajo monto va hasta un máximo de $1,5 millones con plazos entre seis y diez meses.

Tanto el adelanto como el microcrédito funcionan bajo la modalidad de descuento de nómina; es decir, se deducen directamente del salario del colaborador antes de que la empresa les pague, lo que le permite a la compañía hacer un análisis de riesgo basado en criterios distintos a los de la banca tradicional.

Tanto Rodríguez como Cuevas son conscientes de que la tecnología por sí sola no asegura el avance en materia de inclusión financiera, por lo que también adelantan esfuerzos para darles educación financiera a los trabajadores de bajos ingresos.

De hecho, un estudio reciente del Banco de Desarrollo de América Latina – CAF asegura que una de las lecciones más relevantes que se puede extraer de las crisis recientes es el desconocimiento y desinformación de gran parte de la población sobre temas básicos en economía y finanzas, lo cual limita su capacidad para tomar decisiones responsables, conscientes y competentes.

Las proyecciones

En el mediano plazo, esta compañía busca cerrar el primer semestre de 2022 con US$1 millón en créditos desembolsados y terminar el año con 8.000 microcréditos colocados.

Mientras tanto, adelanta gestiones con fondos de inversión estadounidenses para concretar una ronda de inversión semilla de US$2 millones que le permitan consolidar sus operaciones en Colombia y aterrizar en México con un piloto en el próximo mes de abril.

“Queremos ser la plataforma para empleados más grande de América Latina, a través de la cual tendrán acceso a productos y servicios financieros exclusivos que podrán adquirir gracias al descuento directo de sus salarios”, concluye Rodríguez.

Sus creadores

Como muchos de los casos exitosos de fintech latinoamericanas, la idea de Linxe surgió de la experiencia propia de uno de sus creadores. César, economista y apasionado por emprender, regresó a Colombia tras vivir casi 10 años en Estados Unidos, comenzó a trabajar en una petrolera y tuvo un desperfecto en su carro que lo llevó a solicitar un préstamo de libranza para solucionarlo. Ante la odisea que de todas formas le impidió conseguir el crédito, reflexionó: “Si yo, que gano por encima del promedio, no pude resolver la emergencia con un crédito pequeño, ¿qué les queda a los millones de colombianos cuyos salarios son más bajos?”.

Luego conoció a Diego Rodríguez, quien cuenta con un MBA ejecutivo y un título en administración de empresas con especialización en economía, y cuyos 14 años de experiencia en el sistema bancario colombiano le sirvieron para concluir que las entidades tradicionales tenían pocas posibilidades, debido a causas estructurales, de dar una solución al problema del acceso a los microcréditos.

A finales de 2019, ambos entusiastas se lanzaron a desarrollar una compañía que en la actualidad ha logrado formalizar convenios con empresas que agrupan a 200 mil colaboradores, a partir de los cuales se han procesado más de 5.000 solicitudes de crédito y ha realizado desembolsos por un valor de US$200.000 (cerca de $760 millones), gracias a los adelantos de salario y los microcréditos, sus productos insignia.

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