Entrevista l Grupo Bios: cifras, cierre de año y proyecciones

Las apuestas del grupo en un negocio marcado por la dependencia de granos y la eficiencia productiva.

Compártelo en:

La agroindustria colombiana depende en buena medida de la importación de granos y de la eficiencia productiva para garantizar el abastecimiento de proteína en el país. En ese contexto, Grupo Bios participa en distintos eslabones de la cadena. Su portafolio incluye marcas de nutrición animal como Contegral, Finca y Cinta Azul, genética bovina y porcina a través de ABS y PIC, alimentos para mascotas como Ringo, Mirringo y Nutriss, y negocios de proteína para consumo humano con Friko, Antillana, Lorenzano y Campo Azul.

En conversación con Valora Analitik, su presidente ejecutivo, Santiago Piedrahita, detalla los temas que hoy marcan la agenda del grupo.

¿Cuál es hoy el peso real de Grupo Bios en la agroindustria colombiana?


Este año proyectamos ventas cercanas a $6,5 billones y contamos con más de 8.400 colaboradores en diferentes regiones del país. Nuestros productos llegan a 950 municipios, lo que nos permite estar cerca de los productores y de los consumidores.

Dicho esto, las cifras por sí solas no son nuestro objetivo principal. Nuestro foco es la productividad del productor pecuario. Si logramos que las fincas sean más eficientes, que los animales tengan un mejor desempeño y que las decisiones técnicas sean más acertadas, estamos cumpliendo nuestro rol. Esa es la métrica que realmente determina si vamos por buen camino.

¿En qué frentes está innovando Grupo Bios y qué efectos puede tener en el sector?


Estamos concentrando esfuerzos en genética bovina y porcina. La integración de ABS al portafolio nos permite ofrecer soluciones más avanzadas en biotecnología y reproducción. Además, la alianza con Ganadería Río Grande de la Fundación Argos, nos permitirá entregar toretes y novillas con mejores indicadores, algo clave para renovar el pie de cría del país.

En proteína para consumo humano venimos ajustando el portafolio hacia opciones de mayor conveniencia y menor uso de material de empaque, como los productos congelados uno a uno.

Y un tercer frente es la digitalización. Estamos desarrollando herramientas que permitan tomar decisiones más precisas en nutrición animal, reducir costos y mejorar resultados en el campo. La eficiencia, al final, depende cada vez más de datos y menos de intuición.

¿Por qué los granos son decisivos para el grupo y qué regiones concentran su atención?


El costo del grano define buena parte del costo final del pollo, el cerdo, el huevo y la leche. Con esa realidad, mantener operaciones portuarias en Buenaventura y Tolú es fundamental para recibir maíz y soya de manera eficiente y con menor exposición a la volatilidad internacional.

En cuanto a producción local, participamos activamente en la altillanura de Meta y Vichada como accionistas de La Fazenda. Allí impulsamos el proyecto ‘Soya-Maíz Proyecto País’, que busca reducir la dependencia de importaciones. Colombia trae cerca de 8 millones de toneladas de grano al año, lo que representa alrededor de $15 billones.

La altillanura podría desarrollar entre 4 y 5 millones de hectáreas productivas, pero esto solo tiene sentido si la producción local es competitiva frente al grano importado. Ese es el punto central. Sin competitividad, el impacto no llega al consumidor.

Economía colombiana
Maíz en Colombia. Foto: Gobernación de Antioquia

¿Cómo está avanzando Grupo Bios en materia de sostenibilidad y economía circular?


Desde hace años trabajamos bajo un modelo de economía circular. Incorporamos subproductos de industrias como la cervecera, arrocera, azucarera, molinera y de galletas para fabricar alimento animal. Solo este esquema representa más de 500.000 toneladas al año. Con Bavaria, por ejemplo, llevamos más de dos décadas aprovechando afrecho y levadura.

En materia ambiental, estamos ejecutando un plan claro: reducir 30 % nuestra huella de carbono al 2030 y 10 % la huella hídrica. Hoy contamos con 10,7 megavatios en paneles solares y usamos energía certificada como renovable.

Además, avanzamos para que todas nuestras plantas y granjas operen sin vertimientos a partir de 2026 y para migrar a empaques totalmente reciclables en el corto plazo.

¿Hacia dónde proyecta la evolución del grupo en la próxima década?


Cuando uno mira el país, hay un dato que no se puede ignorar: alrededor del 27 % de los colombianos no accede a tres comidas al día. Esa realidad obliga a trabajar en proteínas accesibles y trazables, con un portafolio que combine pollo, cerdo, res, pescados, mariscos y alternativas vegetales.

Destacado: Barrios más buscados en el portal Metrocuadrado para vivir en Medellín en 2025.

De aquí a 2035 esperamos consolidarnos como un actor relevante en nutrición animal y multiproteína, y avanzar en internacionalización. En el negocio de mascotas, la alianza con Corporación Multi Inversiones nos abrirá espacio en Centroamérica y el Caribe. Iniciativas como Efecto Ringo, enfocadas en bienestar animal, pueden tener proyección en esos mercados.

Nuestro reto, en últimas, es contribuir a la productividad del campo y a la competitividad de toda la cadena proteica, en un entorno donde la logística y los costos seguirán teniendo un peso determinante.