El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) elaboró un análisis sobre los recientes ajustes y menor volatilidad que han tenido las monedas de países emergentes frente al dólar y destacó que ve estos cambios en la tasa de cambio como fundamentalmente positivos, ya que proporcionan un amortiguador en un mundo más incierto ante el Covid-19.
Las monedas emergentes se han debilitado a velocidades sin precedentes y han visto grandes caídas, pero se han ajustado recientemente, lo que es visto como favorable porque ayuda a amortiguar el débil crecimiento del PIB (aunque las monedas más débiles, por supuesto, no pueden proporcionar una compensación completa), indicó el IIF.
No obstante, el cambio también trae riesgos para monedas y economías muy dependientes del dólar.
Las sobrevaloraciones resultantes son, por lo tanto, más severas para economías con alta relación por su fuente de ingresos en esta moneda como Arabia Saudita, Egipto y otras economías ‘dolarizadas’ en Latinoamérica.
El IIF resaltó en este sentido, como ejemplo clave, a Ecuador, que dolarizó su economía hace años.
Esto pues en mercados emergentes, la tendencia es hacia déficits de cuenta corriente más estrechos en 2020, a medida que las grandes devaluaciones reequilibran las economías.
Sin embargo, este no es el caso de Ecuador, que según el Fondo Monetario Internacional verá que su déficit de cuenta corriente se ampliará considerablemente, en contraste con sus pares en América Latina.
Desde que la disminución en el precio del petróleo y otros productos básicos se intensificó por primera vez en 2014, hay signos crecientes de que las devaluaciones reales ayudan a proteger a los exportadores e importadores de productos básicos, con Brasil, Turquía y Sudáfrica viendo mejores posiciones en la cuenta corriente, mientras que Arabia Saudita, Ecuador y Egipto han visto un deterioro constante.
En el contexto de Covid-19 y la elevada incertidumbre global, los tipos de cambio flexibles en emergentes se ven favorecidos por la coyuntura, pero se impactan las economías ‘dolarizadas’ en términos del déficit de cuenta corriente, reiteró el IIF.
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