El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) analizó la actualidad de los flujos de capital y bonos gubernamentales de mercados emergentes, los cuales han estado intentado compensar las salidas de emisión internacional desde marzo a raíz del Covid-19, aunque todavía con resultados muy lentos.
Las salidas de capital en marzo fueron mayores que las vistas anteriormente, pero los flujos cambiaron positivamente a partir de abril. Sin embargo, el repunte aún es modesto en relación con las salidas de principios de año. Además, las posiciones fiscales de los mercados emergentes también se vieron muy afectadas por la crisis.
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En países como India y Sudáfrica, el IIF destaca el riesgo de que el aumento de las ventas de bonos gubernamentales al sistema financiero local provoque un desplazamiento de los préstamos al sector privado.
Algo general entre los mercados emergentes es que se produjeron importantes salidas de bonos locales en muchos países, la primera vez que el IIF ve pérdidas generalizadas de esta clase de activos, ya que eventos como el ‘taper tantrum’ de la Reserva Federal en 2013, cuando se anunció una posible reducción anticipada de sus compras de bonos, no causaron problemas significativos en este segmento como ahora.
Países como Colombia e Indonesia compensaron los débiles flujos hacia los bonos locales que se emiten internacionalmente, pero otros como Sudáfrica y Turquía sufrieron grandes pérdidas netas de financiamiento externo para los gobiernos.}
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Ahora, el riesgo de nuevas salidas disruptivas es mayor en los países donde el posicionamiento se volvió fuerte en la última década, incluidos México y Sudáfrica.
La emisión de bonos internacionales repuntó debido a que los flujos hacia los bonos locales se desplomaron. En casos como Indonesia y México, la emisión internacional fue lo suficientemente grande como para compensar principalmente las salidas de bonos locales.
Así, los inversores extranjeros vendieron bonos locales, pero estaban dispuestos a comprar bonos en dólares. Turquía también emitió internacionalmente, pero la mayoría de los bonos terminaron en el sistema bancario local y no fueron una fuente de financiamiento externo.
En tanto, países como Brasil y Sudáfrica perdieron una financiación extranjera sustancial, pero sufrirán grandes déficits fiscales, lo que coloca la carga del financiamiento fiscal en el sistema financiero local. De cara al futuro, el IIF cree que el riesgo residual es más alto en los países donde los flujos de no residentes hacia los bonos de los gobiernos en la última década fueron grandes en relación con el tamaño de la economía, es decir, donde existen proyecciones de posicionamiento.
La crisis del Covid-19 ha demostrado que los bonos de este tipo en mercados emergentes en moneda local pueden sufrir grandes salidas al igual que otras clases de activos.
El IIF concluyó que, si los mercados emergentes van a tener déficits en cuenta corriente financiándolos en parte mediante la emisión de bonos, la moneda local parece una opción más segura que dólares pues la sostenibilidad de la deuda es más fácil cuando los descalces de monedas son pequeños.
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