En un nuevo reporte sobre Colombia, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés) mejoró su proyección sobre el crecimiento económico de Colombia para 2018 y 2019.
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De esta manera, para el PIB real proyecta un crecimiento de hasta 2.8% este año (desde el 2,7% anterior estimado en abril) y de hasta 3.5% en 2019 (frente a un 3,3% anterior), impulsado por una mayor demanda interna y crecientes exportaciones.
De otra parte, el IIF considera que las presiones inflacionarias han disminuido, reflejando la disipación de los choques y una política monetaria restrictiva adoptada en 2016-2017.
“Con los vientos de cola del alza en los precios del petróleo, el peso (colombiano) superó a sus pares en la región con los emergentes bajo presión. Una tasa de cambio flexible, una reducción del déficit en cuenta corriente y un acuerdo de línea de crédito flexible (FCL) con el FMI de US$11.400 millones (3.3% del PIB) han ayudado a mitigar el impacto de la venta masiva de emergentes”, destaca el documento conocido por Valora Analitik.
Sin embargo, dijo que después de años de fuertes flujos de capital, el posicionamiento en la acumulación de flujos sigue siendo un canal potencial de contagio frente a las crisis que han vivido otros emergentes.
El mercado de bonos es relativamente alto, dijo, aumentando la exposición a los cambios en el sentimiento del inversor.
Para el IIF, Colombia tiene como principales objetivos promover la inversión privada a través de incentivos fiscales y simplificación de la normativa, logrando más reducciones en la informalidad del mercado laboral, mejorando el acceso a la superior, y el fortalecimiento del sector petrolero.
Reformas
Dos reformas se deben priorizar: la reforma fiscal para mejorar la sostenibilidad fiscal y para reducir la carga fiscal sobre el sector empresarial; y la reforma de pensiones para mejorar la cobertura y garantizar la sostenibilidad financiera del sistema.
A pesar del impulso de los mayores ingresos del petróleo, dice el informe, la reforma fiscal “será fundamental para mantener la confianza de los inversores y reducir la exposición a los cambios en las condiciones financieras mundiales o una caída en los precios del petróleo”.
Inversión y petróleo
Sobre la inversión en el país, el IIF considera que se mantuvo débil debido a disminuciones en la inversión residencial y del gasto en infraestructura.
El aumento de los precios del petróleo ha contribuido a un ajuste externo continuo este año, aunque la corrección ha sido menor que en años anteriores. Las exportaciones han aumentado a un ritmo más rápido que las importaciones, mejorando la balanza comercial.
Como resultado, el déficit en cuenta corriente se redujo a 3.5% del PIB en el primer semestre de 2018 desde el 3,8% del PIB en igual periodo de 2017. Por el lado del déficit dijo que ha sido compensado en parte por un aumento del déficit de ingresos, con los precios del petróleo más altos que conducen a mayores ganancias por parte de extranjeros del sector minero-energético. “Proyectamos el déficit en cuenta corriente mejorando a 3.2% del PIB en 2018 desde 3.4% el año pasado, antes de ampliarse ligeramente al 3,3% del PIB en 2019”, señaló el IIF.
La inversión extranjera directa debería financiar en gran medida la cuenta corriente este año y el próximo, impulsado por un mayor PIB, agregó.
Peso colombiano
A pesar de la reciente agitación de los mercados emergentes, el peso se apreció casi un 2% a partir de septiembre de 2018, impulsado por los precios favorables del petróleo, mientras se han reducido los desequilibrios externos. Sin embargo, el fuerte aumento en las entradas de cartera en los últimos años sigue siendo un canal potencial de contagio, consideran los analistas.
La posición de inversión internacional neta muestra al IIF que los pasivos de la cartera aumentaron en promedio un 23% desde 2013, alcanzando el 27% del PIB en 2017.
Al mismo tiempo, los pasivos de IED aumentaron fuertemente a 57% del PIB.
La mayor deuda externa (40% del PIB en 2017) ha hecho que la economía sea más vulnerable a las condiciones financieras más restrictivas en comparación con los episodios anteriores de estrés de los emergentes, advierte la entidad.
En este contexto, una tasa de cambio flexible, disciplina fiscal y una cobertura de reserva adecuada, además del acuerdo con el FMI, deberían ayudar a gestionar los cambios en las condiciones externas.
Inflación y tasas
Pronostica que el índice de inflación se ubicará en el borde de hasta 3,3% a / a al final de 2018 con precios de la energía más altos y permanecerá cerca del objetivo medio del banco del 3% en 2019. “Un riesgo clave para monitorear será la intensidad de un nuevo fenómeno climático de El Niño que puede afectar a la región en 2018-2019”, señaló.
Por otro lado, espera dos alzas en las tasas de política el próximo año de 25 bps cada una dada las potenciales presiones inflacionarias que surgen de la mejor demanda interna.[/content_control][login_widget]