Moody’s, en el marco del informe sobre lo que se espera sea el comportamiento económico de América Latina entre este y el próximo año, dio a conocer cuáles son las presiones que someten a Colombia a tener un año de resistencia a la crisis en 2021, para retornar a la recuperación real en 2022.
La firma explica que, de las principales economías de la región, Colombia, Chile, y Perú “probablemente alcanzarán los niveles de producción de 2019 en 2022”.
Explica Moody’s que el fenómeno se daría teniendo en cuenta que hay golpes significativos a las tasas de empleabilidad y la urgencia de los gobiernos por entregar ayudas directas a los ciudadanos más afectados por la pandemia.
De otro lado, economías como Argentina, Brasil y México no alcanzarán sus niveles de producción de 2019 hasta al menos 2023.
Recomendado: Moodys mantuvo calificación crediticia de Colombia
“Los niveles de ingresos y la desigualdad de estos probablemente desempeñen un papel importante en las demandas sociales que pueden enfrentar los responsables de la formulación de políticas. Además, el mejorar los servicios públicos no solo implica gastar más, sino también mejorar la calidad de ese gasto”, recuerda Moody’s.
Una de las soluciones más fuertes que ve la agencia, para lo que será 2021 en Colombia, es la de fortalecer la capacidad de recaudo del Gobierno Nacional entendiendo que, junto a Chile, el país “tiene un mayor incumplimiento tributario, pero también tiene espacio para seguir aumentando los ingresos permanentes mediante la adopción de medidas para ampliar el conjunto de contribuciones fiscales”.
Lo anterior tendrá que darse de la mano con una eficiencia del gasto, la prestación de servicios públicos de calidad y el cumplimiento tributario. Sin embargo, es poco probable que estos mejoren significativamente en la región, “sin un impulso hacia mejores culturas administrativas que conducir a burocracias estatales de mayor funcionamiento y una gobernanza eficaz”.
Finalmente, habrá que revisar el hecho de que Colombia, así como México, tengan un amplio margen para administrar los gastos corrientes en salarios, compras públicas y transferencias, teniendo en el radar que la ineficiencia en el gasto supera el 4,5 % del PIB para ambos países; dato que representa más de tres puntos porcentuales “de desperdicio” que en economías como Chile y Perú.
—