El presidente Gustavo Petro reconoció que la implementación del bono pensional representará un “costo indudable” para las finanzas públicas, pero ratificó que su gobierno no aplazará esta medida.
Según explicó el mandatario, el incremento es consecuencia de la demora en la entrada en vigor de la reforma pensional, aprobada en el Congreso, pero aún en revisión por parte de la Corte Constitucional.
Mientras se resuelve el futuro de esa reforma estructural, el Gobierno decidió adelantar la entrega del subsidio a través del Departamento para la Prosperidad Social (DPS).
“Ya no esperaremos, podemos hacerlo. Nos va a costar, pero no lo pagará el pueblo. La idea es que de un millón ochocientos mil viejos y viejas muy pobres pasemos a tres millones que puedan ganarse el suficiente bono pensional para tener un plato de sopa caliente, desayuno, comida y un colchón”, afirmó Petro durante su intervención.
El Ejecutivo informó que se abrieron las inscripciones para que adultos mayores de más de 75 años que no cuenten con pensión se registren en las listas del DPS y puedan comenzar a recibir el apoyo económico. La meta es que el bono cubra a tres millones de personas en situación de vulnerabilidad extrema.
Este medio conoció que, de cara a la vigencia de 2026, Prosperidad Social proyectó una inversión estimada en $8,3 billones para sostener el programa. No obstante, esa cifra aún no cuenta con aprobación oficial, ya que depende del trámite presupuestal anual y del decreto de liquidación expedido al cierre de cada vigencia.
¿De dónde saldrá el dinero?
El Gobierno aseguró que los recursos provendrán del Presupuesto General de la Nación y de la Subcuenta de Subsistencia del Fondo de Solidaridad Pensional. Además, el Ejecutivo resaltó que la medida cuenta con el respaldo de instrumentos de planeación macroeconómica como el Marco Fiscal de Mediano Plazo y el Marco de Gasto, que buscan dar sostenibilidad a largo plazo a esta política social.
Con este anuncio, el presidente Petro se la juega por ampliar de manera inmediata la cobertura del bono pensional, aún con un alto costo fiscal, bajo la promesa de que el gasto se traducirá en mejores condiciones de vida para millones de adultos mayores en pobreza.