La economía de los Estados Unidos creció un 3,1% al comienzo del año, ligeramente mejor de lo esperado y brindando algo de alivio en un momento en que los temores de recesión se están acelerando.
El producto interno bruto del primer trimestre superó la estimación de Dow Jones del 3,0 %, pero fue inferior a la proyección inicial del 3,2 % de la Oficina de Análisis Económico.
La disminución se debió a una revisión a la baja de la inversión en inventarios fijos y privados no residenciales, dos impulsores clave del PIB.
Los nuevos números, que representan la segunda lectura, también reflejan revisiones al alza de las exportaciones y los gastos de consumo personal.
En general, el crecimiento superó fácilmente lo que la mayoría de los economistas esperaba a principios de año.
En un momento dado, la Reserva Federal de Atlanta estimaba que el PIB aumentaría solo un 0,2 %.
Las fuertes contribuciones del ingreso interno bruto real ayudaron a impulsar las mejores cifras, al igual que un aumento en las exportaciones, el gasto de los gobiernos estatales y locales, así como la inversión fija no residencial.
Las ganancias corporativas cayeron durante el trimestre, y las corporaciones no financieras registraron una disminución de US$62.100 millones en comparación con un aumento de US$13.600 millones en el cuarto trimestre de 2018.
Las compañías financieras registraron un aumento de US$7.200 millones en comparación con una disminución de US$25.200 millones en el período anterior.
Los gastos de consumo personal aumentaron un 1,3 % en el primer trimestre, en comparación con un aumento del 2,5 % en el trimestre anterior, pero muy por encima del 0,5 % en el primer trimestre de 2018.
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