En un discurso durante la Convención Bancaria de Asobancaria, el presidente del Senado de Colombia, Efraín Cepeda, alertó sobre el peligro que representa para la democracia la erosión institucional bajo el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Durante su intervención, Cepeda describió un escenario de fractura democrática en el que el pluralismo y el Estado de Derecho son reemplazados por un proyecto de poder que busca controlar, dividir y someter a las instituciones.
En uno de sus mensajes más explícitos, el congresista dijo: “Todos prometieron redención y entregaron opresión. Hoy esa visión reaparece disfrazada de revolución cósmica en nuestro país. Una revolución donde la razón es sustituida por el dogma. Y el ciudadano libre por el militante disciplinado”.
La erosión de la democracia: un riesgo
Cepeda advirtió que las democracias no colapsan de un día para otro, sino que se debilitan progresivamente por la permisividad, la indiferencia y la arrogancia del poder.
«Lo primero que se pierde es el respeto por el otro, por las instituciones, por los límites», afirmó. Señaló que el Gobierno actual ha convertido la disidencia en enemistad, confundiendo la crítica con «traición» y las decisiones judiciales adversas con «conspiraciones».
Para el Gobierno de Petro, según el senador, la legitimidad depende de la sumisión: la justicia solo vale si le favorece, el Congreso solo es útil si obedece al Ejecutivo, y los medios son «libres» solo si aplauden. Esta lógica, comparó Cepeda, sigue el patrón de regímenes autoritarios como los de Stalin, Castro o Chávez, donde «en nombre del pueblo se persiguió a quienes pensaban distinto».
El maniqueísmo como herramienta de control
Uno de los puntos más críticos del discurso fue la denuncia de la visión maniquea del Gobierno actual, que divide a la sociedad entre «opresores y oprimidos», «iluminados y enemigos». «Para Petro y los suyos, no hay diálogo posible con quienes discrepan; solo hay eliminación del adversario», sostuvo Cepeda. Esta mentalidad, explicó, impide consensos y alimenta un clima de polarización que debilita el tejido social.
El presidente del Senado también criticó la retórica confrontativa del mandatario, quien ha usado «el insulto y la humillación como herramientas de gobierno». «No se construye país desde el resentimiento», recalcó, aludiendo a las provocaciones contra empresarios, periodistas y opositores.
Recomendado: Presidente de Corte Constitucional a Petro: Respeto al orden comienza por el jefe de Estado
El colapso institucional y el fracaso en resultados
Más allá de la retórica, Cepeda enumeró los retrocesos en seguridad, economía y servicios públicos en el país:
- Seguridad: Aumento de secuestros, narcotráfico y control territorial por parte de grupos armados. «El Estado ha perdido vastas regiones», lamentó.
- Salud: Colapso de programas de vacunación, largas esperas en atención y quiebra técnica del sistema.
- Educación: Incumplimiento del 95 % de las promesas, desfinanciación de universidades públicas y falta de acceso a créditos educativos.
- Infraestructura: Obras paralizadas, como la Ruta del Sol 2, y 55 proyectos suspendidos por falta de pago.
- Economía: Caída del 15 % en inversión extranjera, inflación persistente y regreso de la pobreza.
«El Gobierno ha incumplido el 75 % de sus promesas de campaña», destacó Efraín Cepeda, citando ejemplos como la falta de seguridad en el Catatumbo, el abandono de La Guajira y el desmantelamiento de políticas exitosas. «No es incompetencia; es un propósito claro: destruir para controlar».
La consulta popular: un atajo antidemocrático
Uno de los temas más urgentes fue la advertencia sobre la consulta popular impulsada por Petro, que el Senado rechazó. Cepeda la calificó como un «atropello a la división de poderes» y una estrategia para usar recursos públicos en campaña anticipada. «Es un cadáver sepultado», afirmó, recordando que la votación en contra fue contundente.
Un llamado a la resistencia cívica
Frente a este panorama, el presidente del Senado hizo un llamado a no normalizar la crisis: «Lo peor sería acostumbrarnos a esta tragedia». Insistió en que la libertad y las instituciones no son herencias eternas, sino conquistas que exigen vigilancia. «La democracia nos pide unidad, firmeza y memoria», subrayó, convocando a corregir el rumbo en las urnas en 2026.
Cepeda cerró con un mensaje: «Colombia es más grande que sus gobernantes y más fuerte que sus errores». Su discurso no solo expuso los riesgos del autoritarismo disfrazado de populismo, sino que recordó que el antídoto está en la defensa activa de la democracia, el respeto a las instituciones y el rechazo a los fanatismos que dividen.
**Este artículo fue creado usando inteligencia artificial (IA) para resumir los aspectos más importantes. La curación de los contenidos fue realizada por Rodrigo Torres, director de Valora Analitik.
—