La reforma a la salud sigue enredada en la Comisión Séptima del Senado y parece perder más oxígeno político. El proyecto, radicado hace ya cinco meses, apenas ha tenido discusiones formales y los apoyos al Gobierno son cada vez más limitados.
El presidente Gustavo Petro insiste en que sus reformas –la de salud y la pensional– están siendo objeto de un “sabotaje institucional”, mientras la coalición oficialista se resquebraja.
En medio de la crisis, Petro reveló que había hecho un acuerdo con la presidenta del Partido de la U, Dilian Francisca Toro, para respaldar la iniciativa:
“Yo sí hice un acuerdo con Dilian como presidente de la República, y ella como presidenta del Partido de la U, en favor de una reforma a la salud que no encubra el robo”, escribió en X.
Según el mandatario, las propuestas contenidas en la llamada “ponencia alternativa” no buscan reformar el sistema, sino “preservar el robo que por billones se le ha hecho al pueblo colombiano”.
Choque con el Partido de la U
Las tensiones aumentaron cuando el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, arremetió contra la senadora Norma Hurtado, una de las ponentes de la ponencia alternativa y figura clave de la U. Jaramillo aseguró que ella desconoció los compromisos pactados con la dirección de su partido, a pesar de haber sostenido reuniones durante dos días seguidos, por 12 horas, para atender “todas sus necesidades”.
La respuesta llegó desde Cali. La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, salió a defender a Hurtado, exigiendo al ministro que no desvirtuara la autonomía de la senadora ni la independencia de las mujeres en la política. La confrontación terminó por evidenciar la fractura: lo que en el discurso presidencial era un acuerdo político, en la práctica se convirtió en un nuevo frente de choque con la U.
Más opositores y un camino estrecho
La oposición no ha dejado pasar la oportunidad. El Partido Conservador ratificó su rechazo a la reforma y se sumó a la ponencia de archivo. En su intervención, Blel aseguró que el proyecto implica “un gasto desbordado del presupuesto” y carece de fuentes claras y sostenibles de financiación.
Con este nuevo revés, las cuentas se ajustan: la ponencia de archivo ya tiene tres votos a favor frente a cinco del Gobierno. Dos votos clave aún están en el aire: el del Partido Liberal y el del presidente de la Comisión Séptima, Miguel Ángel Pinto.
El Ejecutivo prepara una apelación, similar a la estrategia que permitió revivir la reforma laboral, con la idea de trasladar la discusión a otra comisión donde tenga mayorías. Pero el tiempo corre: si la reforma no logra completar sus cuatro debates antes del 20 de junio de 2026, quedará automáticamente archivada. La discusión espera reanudarse después de la semana de receso.