A pesar de estar contratado desde hace varios años, el Regiotram de Occidente de Bogotá recibió un duro revés esta semana.
La decisión fue tomada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), mediante Auto 3903 del 30 de mayo de 2023.
En este documento, la entidad confirmó el archivo de la solicitud de licencia ambiental del Regiotram de Occidente, lo cual frena buena parte de sus avances.
¿Qué pasó con el Regiotram de Occidente?
La decisión fue rechazada por el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
“No compartimos la decisión de la ANLA (…). Estamos hablando de un proyecto de $2,4 billones de inversiones de la Nación y el departamento que ya están adjudicadas”, dijo García.
Y añadió que se trata de un tren 100 % eléctrico y que transita por un corredor que históricamente ha estado abandonado.
Por su parte, la alcaldesa de Bogotá afirmó que respeta todas las decisiones de esa entidad, pero se fue lanza en ristre en contra del Ejecutivo.
“Quieren hacer tantas cosas férreas, dice el Gobierno Nacional, y el único proyecto concreto que está avanzando, el único tren de cercanías es el Regiotram de Occidente, y con una decisión de licencia ambiental lo paran”, afirmó.
Agregó: “Acatamos las decisiones y le hago un llamado al consorcio constructor para que, a la velocidad, entregue los requerimientos nuevos que está pidiendo la ANLA y tengamos esa licencia para hacer realidad el primer tren de cercanías de Colombia”.
La decisión no fue bien recibida por parte del Distrito, que venía avanzando en la construcción de este megaproyecto férreo, y ahora reiniciará los trámites ambientales.
‘Pecados’ ambientales del megaproyecto
Ahora bien, la entidad también se pronunció y explicó las razones para frenar la licencia ambiental del Regiotram de Occidente.
Aseguró que el estudio ambiental de soporte “no contó con toda la información necesaria para poder realizar un pronunciamiento de fondo respecto de la viabilidad ambiental del proyecto”.
También detalló que, durante el proceso de evaluación de la documentación, la visita de campo y el análisis del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), solicitó información adicional.
No obstante, confirmó que esta no fuera atendida adecuadamente por parte de la concesionaria.
De otro lado, indicó que encontró “falencias estructurales” en la descripción del proyecto, que incluyen imprecisiones en la identificación de intersecciones viales.
E, incluso, se presentó una “falta de análisis del componente hidrológico”, es decir, no estaba claro cuál sería el impacto en los ríos Bogotá, Subachoque, Botello y Bojacá.
Pero la principal razón para negar la licencia ambiental del Regiotram de Occidente fue “la incertidumbre de los impactos que podrían generarse en los humedales Capellanía (Humedal Ramsar) y Gualí, ubicados en Bogotá y Funza, respectivamente”.
Otros problemas del Regiotram de Occidente
La ANLA también halló deficiencias en las modelaciones de material particulado y ruido del megaproyecto.
Estos son clave para conocer la magnitud del impacto que se podría ocasionar en las comunidades cercanas durante la fase constructiva, que será de tres años.
Pero no fue lo único. Según la entidad, el Regiotram de Occidente tampoco tenía una buena definición de su área de influencia física y biótica, ni una caracterización del área de estudio.
En la práctica, esto no le permitió identificar claramente la magnitud y trascendencia de los impactos que se podrían generar en el entorno, ni definir las medidas de manejo.
Estos factores llevaron a la ANLA a confirmar el archivo del trámite de licencia ambiental presentado por la Concesionaria Férrea de Occidente S.A.S.
Ahora, el proceso del Regiotram de Occidente deberá iniciar nuevamente, para lo cual Bogotá y Cundinamarca les pidieron celeridad tanto a los contratistas como al Gobierno Nacional.
Eso sí, mientras esto sucede, la concesión continuará con otras obras del que será el primer tren de cercanías de Colombia.
