Las empresas que operen en 2026 deberán hacerlo en un mundo en el que las viejas reglas de la geopolítica y el comercio prácticamente han desaparecido.
La competencia por la capacidad de cómputo que alimenta la inteligencia artificial (IA), el auge de las sociedades activadas y la expansión del crimen organizado se perfilan como los principales desafíos del nuevo entorno global, según el informe RiskMap 2026 de Control Risks, la firma global de seguridad e inteligencia estratégica.
El documento, considerado uno de los pronósticos más influyentes en materia de riesgos empresariales, advierte que la inestabilidad geopolítica, la aceleración tecnológica y la presión social marcarán un punto de inflexión para las organizaciones.
En 2026, la volatilidad será un hecho, y las compañías deberán adaptarse a un entorno donde los intereses sustituyen a los valores tradicionales y la resiliencia se convierte en una ventaja competitiva.
“Durante el último año, las empresas han navegado crisis geopolíticas y económicas, reescrito sus estrategias y fortalecido su resiliencia táctica. Esa experiencia será invaluable en 2026, un año en el que los protagonistas pueden ser los mismos, pero la historia no”, afirmó Nick Allan, CEO de Control Risks.
Geopolítica sin reglas y la lucha por la IA
En el nuevo escenario global, los gobiernos están dejando atrás las normas que por décadas estructuraron las relaciones comerciales y diplomáticas.
Los acuerdos serán más transaccionales y circunstanciales, con una creciente intervención estatal que subordinará las decisiones empresariales a las agendas estratégicas. Sin embargo, los Estados no estarán solos: actores privados y no estatales también impondrán su visión de cómo deben comportarse las instituciones y operar las empresas. En 2026, los intereses se consolidarán como la moneda de cambio global, y las compañías deberán anticipar crisis complejas y multifacéticas.
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La competencia por la capacidad de cómputo necesaria para el desarrollo de la IA se convertirá en otro eje crítico. Los cuellos de botella legales, regulatorios y geopolíticos condicionarán el acceso a la infraestructura tecnológica, mientras que la escasez de energía, agua y talento limitará el crecimiento de la computación avanzada.
El verdadero reto, advierte RiskMap 2026, no será solo tecnológico, sino político: obtener los permisos y garantías necesarios para operar en un contexto cada vez más restringido. Las empresas deberán alinear sus ambiciones digitales con una estrategia de resiliencia que considere la IA, la computación cuántica y la infraestructura como dependencias interconectadas.
Sociedades activadas, crimen organizado y la trampa de la normalización
El informe también advierte que 2026 será el año del auge de las sociedades activadas: comunidades que, impulsadas por agravios sociales, económicos o políticos, exigirán transformaciones inmediatas y profundas. Cuando las promesas de cambio no se cumplan al ritmo esperado, la frustración colectiva puede escalar hacia protestas agresivas e incluso violentas.
Para las empresas, esto implica prepararse para disturbios más rápidos e impredecibles, desarrollar planes de crisis ágiles y monitorear en tiempo real el sentimiento público, incluso en países antes considerados estables.
A la par, la red del crimen organizado se expandirá aprovechando las disrupciones geopolíticas, los conflictos armados, las fallas en las cadenas de suministro y las nuevas tecnologías.
Los grupos criminales buscarán construir verdaderas corporaciones transnacionales, desafiando a los gobiernos y erosionando los entornos empresariales. Las empresas deberán reforzar sus controles contra el soborno, el lavado de activos y la financiación del terrorismo, mientras los gobiernos responden con más sanciones y acciones extraterritoriales.
Finalmente, la trampa de la normalización representa uno de los riesgos más sutiles pero peligrosos de 2026. La constante exposición a crisis —desde tensiones geopolíticas hasta fenómenos climáticos extremos— puede generar una peligrosa tolerancia a la volatilidad.
Esa complacencia deja a las organizaciones sin preparación frente a eventos aparentemente menores que terminan afectando profundamente la seguridad, las operaciones y las cadenas de suministro. El éxito, señala el informe, dependerá de fomentar culturas de riesgo basadas en la comunicación, la confianza y la diversidad de perspectivas.
En un año marcado por la incertidumbre, RiskMap 2026 se presenta no solo como un pronóstico, sino como una guía para la acción. Control Risks acompaña el informe con un mapa interactivo global que evalúa los riesgos políticos, operativos, regulatorios, digitales y de integridad en cada país, recordando que, en la nueva economía mundial, las empresas que sobreviven no son las más grandes, sino las más adaptables.




