Colombia es uno de los países que más vende vehículos eléctricos en América Latina, pero muchos expertos y empresarios del sector han manifestado que el país no cuenta con la infraestructura necesaria para estos.
No obstante, las diferentes marcas, empresas y gobiernos han venido trabajando en mejorarla y poner más puntos de carga en sitios estratégicos para comodidad de los conductores.
De hecho, ya hay rutas que permiten una conducción 100 % eléctrica sin restricciones, debido a que corredores estratégicos ya cuentan con estaciones de carga rápida que permiten viajes largos sin comprometer la autonomía. Entre ellos están:
Bogotá – Medellín
Bogotá – Cali
Bogotá – Bucaramanga
Medellín – Cartagena
De hecho, a nivel nacional, se proyecta que para 2026 habrá al menos una estación de carga pública cada 100 kilómetros en el corredor vial principal y en las regiones con más densidad poblacional. Además, la posibilidad de instalar cargadores domésticos se ha vuelto cada vez más accesible, haciendo que el 80 % de las recargas puedan hacerse en casa o en el lugar de trabajo.
Sin embargo, es importante que, para este tipo de rutas tan largas, se cuente con un vehículo con una buena autonomía. Algunas opciones pueden ser:
– Deepal S07, con autonomía de hasta 500 km por carga.
– Deepal S05, hasta 1.000 km de autonomía por carga.
– Mercedes-Benz EQS 450+, hasta 780 kilómetros de autonomía.
– Audi A6 e-tron, autonomía superior a los 700 km por carga.
– Volvo EX30, hasta 480 km de autonomía por carga.
– BYD Yuan Plus, hasta 420 km de autonomía por carga.
– KIA EV3, con hasta 605 km de autonomía en su versión más completa.
Recomendado: Surcoreana Kia lanzó en Colombia su primera pickup: ¿cuánto vale?
Cabe mencionar que los vehículos eléctricos y de rango extendido (EREV) han demostrado una alta eficiencia energética en entornos diversos como la montaña, el clima cálido o la altitud de ciudades intermedias. En Colombia, donde más del 70 % de las vías incluyen pendientes o cambios de altitud, estos sistemas ofrecen ventajas como hasta 30 % más eficiencia energética en pendientes gracias al sistema de frenado regenerativo, que convierte la desaceleración en energía útil para recarga.
Además del consumo promedio de $25 por cada 100 km recorridos en energía, frente a más de $45.000 en gasolina por la misma distancia en un vehículo de combustión, y la capacidad de respuesta inmediata en zonas montañosas, gracias al torque instantáneo, que facilita ascensos sin esfuerzo y mejora la experiencia de conducción.