La firma S&P Global Ratings analizó hoy la coyuntura para las aseguradoras de América Latina debido al Covid-19 y enfatizó en que la débil recuperación presionará las condiciones operativas de estas compañías.
De este modo, la calificadora espera una contracción en las primas brutas suscritas (GWP, por sus siglas en inglés) en 2020 y un crecimiento moderado en 2021.
A su vez proyecta que las utilidades netas alcancen los márgenes de 2019 hasta 2022. Sin embargo, en general, la adecuada suscripción de riesgos por parte de las aseguradoras, sus políticas de inversión conservadoras y el capital y liquidez sólidos funcionan como protección ante las difíciles condiciones.
El Covid-19 y el impacto en los precios del petróleo exacerbaron las debilidades económicas preexistentes para S&P.
Por lo tanto, ha tomado acciones de calificación negativas sobre 40% de las aseguradoras que califica en América Latina.
Esto pues la calificación de solidez financiera promedio de las aseguradoras en América Latina es de ‘BBB’ con un sesgo negativo, dado que 75% de estas tienen perspectiva negativa, lo cual refleja el riesgo soberano de cada una.
Esto indica que más de 90% de las calificaciones de solidez financiera se encuentran en o por encima del margen de la calificación crediticia de sus respectivos soberanos.
S&P agregó que las aseguradoras mexicanas han sido las más afectadas desde el inicio de la pandemia, debido a que las acciones de calificación negativas entre estas representaron 73% del total en la región, y el resto lo conforman las de las aseguradoras en Colombia.
En cuanto al panorama regional, la calificadora añadió que esto se debe a que operan únicamente en estos países y sus carteras de inversión tienen una porción significativa de deuda soberana.
Por lo tanto, observa una tendencia de deterioro en la calidad crediticia de los soberanos en la región, más que un debilitamiento general de los fundamentales crediticios de las aseguradoras. Al 24 de agosto de 2020, solo el 25% de las calificaciones de solidez financiera de las aseguradoras en América Latina tienen perspectiva estable.
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