Shock económico en Colombia: Analistas advierten impacto en inflación y crecimiento por fuerte alza del salario mínimo

El impacto más inmediato se sentirá en el bolsillo de los ciudadanos a través de una aceleración de los precios, según analistas.

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El reciente anuncio del gobierno de Gustavo Petro sobre un incremento del salario mínimo del 23 % para el año 2026 ha generado una ola de análisis sobre sus repercusiones en múltiples frentes.

Los expertos coinciden en que esta medida, calificada como un «terremoto» por J.P. Morgan, tendrá consecuencias de largo alcance en la estabilidad macroeconómica del país.

Salario mínimo: aumentos históricos

El impacto más inmediato se sentirá en el bolsillo de los ciudadanos a través de una aceleración de los precios, pues un aumento del salario mínimo por encima de la inflación y la productividad tiene un impacto directo sobre el comportamiento de estos.

Credicorp Capital estima que la inflación al cierre de 2026 se ubicará cerca del 6 %, frente a una proyección previa del 4,6 %, debido al efecto adicional de aproximadamente 1 punto porcentual derivado del incremento salarial.

Por su parte, Andrés Pardo, jefe de macroestrategia para la región en XP Investments, advierte que este ajuste representa un choque de 17 puntos porcentuales por encima del parámetro técnico de inflación más productividad, lo que podría sumar entre 1,5 y 2,8 puntos porcentuales (pp) a la inflación de 2026.

Según cálculos de Asobancaria, por cada punto porcentual de incremento del salario mínimo que supere los criterios técnicos, la inflación puede aumentar en promedio entre 10 y 16 puntos básicos (pb). Así, estiman que el impacto sobre la variación del Índice de Precios al Consumidor estaría entre 165 pb y 263 pb.

En ello coincide el Grupo Cibest (Bancolombia), que considera que las presiones para la inflación podrían añadir cerca de 242 pb adicionales al registro anual, lo que obligaría al Banco de la República a iniciar un ciclo alcista de tasas de interés.

Salario mínimo vs inflación
Fuente: Bancolombia.

El Banco de Occidente detalló que el alza afectará directamente rubros indexados como las viviendas de interés social, cuotas de administración, multas de tránsito, copagos de salud y el SOAT.

Al respecto, J.P. Morgan añadió que la inflación de servicios, ligada a la dinámica del mercado laboral, se mantendrá muy por encima de las normas históricas, retrasando la convergencia hacia la meta del Banco de la República.

Aumentos bruscos en las tasas de interés

Ante este panorama inflacionario, los expertos creen que el Banco de la República se verá obligado a endurecer su política monetaria, pues las condiciones limitarían de manera significativa el margen de acción del banco central.

Credicorp Capital prevé que el banco central eleve la tasa repo hasta alcanzar un registro cercano al 11 %, nivel que mantendría hasta finales de 2026. J.P. Morgan anticipa un ciclo de alzas «cargado al inicio», con tres incrementos consecutivos de 50 puntos básicos hasta abril, buscando anclar las expectativas de inflación.

El Banco de Occidente proyecta que la tasa de referencia podría situarse entre el 10,50 % y 10,75 % en respuesta a este escenario. Finalmente, XP Investments considera plausible un ajuste acumulado de 200 puntos básicos o más debido a la magnitud desproporcionada del incremento decretado.

Asobancaria resaltó que lo anterior se traduciría en condiciones de financiamiento más restrictivas para hogares y empresas, afectando decisiones clave como la inversión en educación, el emprendimiento y la adquisición de vivienda. En este sentido, el alza del salario mínimo también incide indirectamente sobre el acceso al crédito y el dinamismo económico.

Amenaza al empleo formal y auge de la informalidad

El sector empresarial ha expresado una profunda preocupación por la sostenibilidad del empleo. Juan Pablo Vieira, CEO de JP Tactical Trading, señaló que este aumento dejará a muchas empresas en aprietos, especialmente a las micro y pequeñas, dado que el costo total de un trabajador para la empresa se aproximará a los $3 millones al sumar prestaciones y aportes.

Por su parte, Credicorp Capital advirtió que el fuerte incremento acumulado del salario mínimo real en los últimos años conducirá inevitablemente a un aumento de la informalidad laboral y a la posible destrucción de puestos de trabajo mediante la tecnificación de operaciones.

J.P. Morgan coincide en que, si bien el desempleo podría no dispararse de inmediato, se espera un aumento notable en la informalidad, revirtiendo las tendencias positivas observadas previamente.

Según cálculos de Bancolombia, la reducción de la jornada laboral que tendrá lugar en 2026, como lo ordena la reforma al trabajo, es un agravante para el incremento, en tanto el salario mínimo por hora exhibirá un avance de 28,5 %.

Descalabro de las finanzas públicas y déficit comercial

Del mismo modo, las cuentas fiscales del Estado sufrirían un fuerte deterioro. XP Investments explicó que el principal impacto fiscal provendrá del sistema de pensiones público, estimando que por cada punto porcentual que el salario mínimo exceda el ajuste nominal esperado, los costos fiscales netos aumentan en $0,3 billones, lo que implica un gasto adicional de al menos $5 billones (0,3 % del PIB).

Credicorp Capital eleva esta estimación a un 0,4 % del PIB adicional para 2026, imponiendo riesgos serios sobre el objetivo de déficit fiscal del 7 % del PIB y sobre las razones de deuda del país.

Para Bancolombia, el aumento marcado por nóminas públicas y el mayor gasto pensional podrían exacerbar el gasto primario en 0,67 % del PIB.

Finalmente, en el frente externo, J.P. Morgan alertó sobre una mayor presión en las cuentas externas y advierte que el déficit de cuenta corriente será ajustado al alza en los próximos días. Según esta entidad, los riesgos están sesgados hacia un déficit fiscal primario más amplio y una posible corrección significativa en el tipo de cambio real si se materializan los efectos de estas políticas populistas.

En Colombia, solo 2,4 millones de trabajadores (10 % de los ocupados) reciben exactamente un salario mínimo, según el DANE. Por su parte, alrededor de 11,4 millones de personas, equivalentes al 49 % de los ocupados, perciben ingresos inferiores al salario mínimo, en su mayoría en condiciones de informalidad.