Tres de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, Ford, General Motors y Volkswagen, confirmaron su entrada al Campeonato Mundial de Fórmula 1 a partir de la temporada 2026.
La novedad no solo es comercial, pues detrás de esta decisión existe un objetivo tecnológico que podría cambiar los carros de calle en los próximos años.
Ford se unirá a Red Bull Racing como socio tecnológico en el desarrollo de motores para las escuderías Red Bull Racing y Racing Bulls. La marca estadounidense compartirá la ingeniería de los motores, que se estrenarán en 2026, y tendrá un papel destacado en la decoración de los autos que se presentará el 15 de enero en Detroit, según confirmaron ambas compañías a través de comunicados oficiales.
Por su parte, General Motors entrará a la categoría con su marca de lujo Cadillac, que debutará como el undécimo equipo del campeonato. Durante las dos primeras temporadas, los autos de Cadillac utilizarán motores Ferrari mientras se desarrollan sus propias unidades de poder.

A partir de 2028, la marca estadounidense estrenará motores híbridos propios, desarrollados específicamente para competir bajo las nuevas normativas de la Fórmula 1.
También Volkswagen hará su entrada a través de Audi, que adquirió la escudería suiza Sauber y competirá con motores propios desde la primera carrera de 2026.
Esta estrategia permitirá a Audi desarrollar motores híbridos de alto rendimiento, combinando motor de combustión y propulsión eléctrica en proporción 50/50, lo que convertirá a la Fórmula 1 en un laboratorio para autos híbridos no enchufables.
La Fórmula 1 como laboratorio de tecnología para autos híbridos y e-fuels
El interés de estos fabricantes en la Fórmula 1 va más allá de la visibilidad de marca. A partir de 2026, la categoría implementará grandes cambios técnicos, entre ellos el uso de combustibles sintéticos o e-fuels, que no contienen componentes fósiles y no emiten CO2 a la atmósfera.
Estos combustibles se desarrollan desde 2022 y permitirán que los motores de combustión interna sigan siendo viables después de 2035, fecha en la que varios países planean prohibir la venta de autos a gasolina y diésel.
El aprendizaje adquirido en la Fórmula 1 con motores que funcionan con e-fuels y sistemas híbridos será trasladable a los autos de calle. Aunque hoy el costo de estos combustibles sintéticos es elevado, la producción masiva y la investigación avanzada en la categoría podrían reducirlo en los próximos años, acelerando su adopción comercial.

Además, la Fórmula 1 exigirá que los autos compartan la potencia a partes iguales entre el motor de combustión y el sistema eléctrico. Esto convierte a la categoría en un escenario único para desarrollar autos híbridos no enchufables.
Esta tecnología híbrida ha tenido un crecimiento sostenido durante el último año, mientras que los autos 100 % eléctricos enfrentan desafíos por infraestructura de recarga limitada, largos tiempos de recarga y redes eléctricas que dependen parcialmente de combustibles fósiles.
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Audi, Ford y General Motors se posicionan así para aprovechar esta transición tecnológica. Formar parte del ecosistema de innovación desde su inicio permitirá a estos fabricantes optimizar motores híbridos y combustibles sintéticos, garantizando la viabilidad de los autos con motor de combustión incluso después de 2035.




