El próximo domingo 24 de agosto, el mundo del tenis girará su mirada hacia Nueva York para presenciar la edición 145 del US Open, el último de los cuatro Grand Slam de la temporada. Pero este año, el evento no será uno más en el calendario.
El Abierto de Estados Unidos ha roto todos los récords al anunciar una bolsa de premios de US$90 millones ($360.000 millones) un 20% más que la edición anterior, consolidándose como el torneo de tenis más lucrativo de la historia.
Los campeones individuales, tanto en la categoría masculina como en la femenina, recibirán un premio de US$5 millones cada uno, mientras que los subcampeones se llevarán a casa US$2,5 millones. Por su parte, los tenistas que se queden a las puertas de la final serán premiados con US$1,25 millones, y los que consigan pasar a cuartos de final obtendrán US$660.000.
Las categorías de dobles también experimentan un aumento significativo: los campeones se repartirán US$1 millón de dólares, los finalistas US$500.000, y los equipos semifinalistas recibirán US$250.000, asegurando que los esfuerzos en cada etapa sean ampliamente recompensados.
¿Quiénes se perfilan como favoritos?
Con la millonaria bolsa en juego, el nivel de competitividad será mucho más exigente. En el cuadro masculino, los ojos del mundo del tenis se posarán sobre el vigente campeón Jannik Sinner, quien llega como el gran favorito tras una temporada estelar en la que ya ha conquistado el Open de Australia y Wimbledon.
Sin embargo, no lo tendrá fácil, ya que el español Carlos Alcaraz, con su juego explosivo y su histórico duelo en la final del Masters 1000 de Cincinnati, y el legendario Novak Djokovic, en su constante búsqueda de extender su legado, prometen una lucha sin cuartel por el título.
Por su parte, en el tenis femenino, la batalla se anticipa igualmente emocionante. La bielorrusa Aryna Sabalenka, defensora del título, buscará revalidar su corona. Sin embargo, tendrá que enfrentar a una nueva generación de talentos y a la sólida estadounidense Coco Gauff, quien tendrá el respaldo del público local en el Billie Jean King National Tennis Center.
Para Colombia el torneo trae una gran dosis de ilusión. Dos de las promesas del tenis femenino, Camila Osorio y Emiliana Arango, han logrado ingresar directamente al cuadro principal. Osorio, que sigue consolidándose en el circuito, y Arango, que hará su debut en el ‘main draw’ tras dos años de intentarlo en la fase clasificatoria, buscarán dejar la bandera tricolor en lo más alto. En el cuadro masculino, la esperanza recae en Daniel Galán, quien deberá superar la fase clasificatoria para sumarse a la élite del certamen.
Una bolsa de premios millonaria para un torneo legendario
Desde su creación en 1881 en Rhode Island, el US Open ha sido testigo de la grandeza de las leyendas. Nombres como Roger Federer, Pete Sampras y Jimmy Connors, con cinco títulos cada uno, han dejado su huella en el palmarés del torneo masculino. En el lado femenino, Serena Williams y Chris Evert lideran la tabla con seis títulos.
Además, cabe destacar que el US Open fue el primer Grand Slam en implementar la “night session”, permitiendo partidos nocturnos que atrajeron a más público y cambiaron la forma de ver el tenis. Esta innovación se convirtió en un sello distintivo del torneo, y es hoy un formato replicado en todo el mundo. De hecho, el primer partido en el Arthur Ashe Stadium se jugó de noche, un momento que marcó un antes y un después en el deporte.
Otro de sus grandes aportes al tenis moderno fue la introducción del ‘tie-break’ en 1970. Antes de este sistema, los sets podían prolongarse indefinidamente, a veces hasta el agotamiento extremo de los jugadores. La implementación del ‘tie-break’ revolucionó el ritmo del juego, acortando los partidos maratónicos y haciendo el deporte más dinámico y atractivo para los espectadores. Esta regla fue adoptada posteriormente por los demás Grand Slams.
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Con la edición 2025 que se extenderá por primera vez a 15 días, el US Open promete no solo un espectáculo deportivo de primer nivel, sino también un evento que sigue redefiniendo los límites económicos y logísticos del tenis y del deporte en general.