Vivir con los papás: ¿es un ahorro o es sacrificar la salud mental?

Tras alcanzar un trabajo estable para ser un adulto funcional, se considera que es necesario no seguir viviendo con los papás para ser independiente.

Vivir con los papás
Vivir con los papás puede ser malo para su salud mental. Imagen de Peggy and Marco Lachmann en Pixabay

En Colombia, se considera que es necesario no seguir viviendo con los papás tras alcanzar un trabajo estable para ser un adulto funcional.

Por ello, expertos en psicología recomiendan que entre los 20 y 25 años los jóvenes abandonen la casa familiar y se emancipen.

Pueden dejar de vivir con los papás, siempre y cuando puedan sostenerse por sí mismos, ya que si fracasan en su intento la vuelta puede ser traumática. 

Pues tras vivir un tiempo en soledad, las personas experimentan libertad sin límites como una hora a la madrugada para volver, llevar todo tipo de visitas, ser anfitrión de eventos y demás.

Así que, si en algún momento deben volver vivir con los papás podrán toparse con normas de convivencia de las cuales se habían olvidado.

En Colombia no hay una edad establecida como la más común para independizarse, como sí la hay en países nórdicos de Europa.

Los suecos no llegan a los veinte antes de irse de casa, lo hacen a 19 años, seguidos por daneses a los 21, de acuerdo con la Oficina Europea de Estadística, Eurostat.

¿Qué factores influyen en considerar dejar de vivir con los papás?

La independencia económica y el apego familiar suelen ser determinantes a la hora de abandonar el hogar familiar. También la cultura y la sobreprotección de los padres influye en la emancipación de sus hijos.

Por otro lado, hay hogares en los que la salud mental de los hijos está afectada, pues no se respeta la privacidad, no se les permite recibir visitas de amistades ni parejas, además de discusiones constantes por diversos motivos.

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Pero no todos son así, hay familias las cuales tienen capacidad económica para trabajar híbridamente y así usted tenga 26 años y no cuente con empleo, los padres no exigen una cuota mensual para ayudar con servicios, arriendo o mercado.

Por el contrario, lo atienden con gusto desde actividades como tender la cama, lavar la ropa, preparar el almuerzo y cena diarios, entre otras.

Además, la convivencia es amena y hay comunicación abierta cuando a algún miembro le disgustó un hecho o situación.

Por ello, es importante evaluar si su salud mental está comprometida mientras ahorra gastos y disfruta su salario mensual libre.

¿Cómo saber si está listo para independizarse? 

Las señales principales son cuando tiene un trabajo estable, lleva más de 3 años laborando y más de uno en el empleo actual. Pero además:

  • Tiene ahorros e inversions.
  • No lo hace porque «ya es hora», es decir por presión de amigos o personas externas.
  • Tiene un presupuesto donde contabiliza sus gastos, ingresos y ahorros.
  • Tiene un fondo de ahorros para imprevistos.
  • Es emocionalmente estable, puede controlar sus emociones.
  • Evalúe la opción de adquirir un inmueble, arrendar o vivir con roomies que le aportarían más a su vida en comunidad y salud.
  • Sabe cocinar y realizar las labores del hogar como barrer y lavar el baño.

Una vez se decida porque está listo para dejar de vivir con los papás, considere todos los gastos que tendrá que afrontar, como la mudanza o adquirir muebles, debe solventar varios pagos iniciales y mantenerse por su cuenta con el pasar de los días.

Además, debe hacer mercado por su cuenta, al llegar al hogar no encontrará los platos preparados por sus padres y deberá planificar las comidas de cada semana.

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