¿Cuáles son los modelos de expansión del mercado eléctrico en Colombia?

En el Congreso Anual de Energía de Acolgen se discutieron modelos de expansión en mercados eléctricos desde varios actores de la industria.

Sistema eléctrico. FOTO: Pixabay
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En el marco de 13° Congreso Anual de Energía de la Asociación de Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), se discutieron los modelos de expansión en mercados eléctricos desde el punto de vista de varios actores clave en la industria para Colombia.

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Por ejemplo, Federico Echavarría, gerente general de AES Colombia, destacó que el cargo por confiabilidad le ha funcionado el país, lo que ha permitido que “el sector eléctrico le cumpla a Colombia”.

De acuerdo con Echavarría, actualmente hay un esquema en el cual se ha podido crear la suficiencia energética que el país necesita y se ha probado con eventos críticos.

Además, para Echavarría, esto ha traído la expansión que el país necesita de la mano de una inversión muy importante que, incluso, ya suma billones de dólares. “No tiene sentido cambiar a otro esquema de suficiencia energética cuando tenemos uno que ha funcionado, pero sí importante que el cargo por confiabilidad se ajuste a las situaciones actuales”, reiteró.

Lo anterior debe acomodarse a la transición energética en la cual las energías renovables no convencionales empiecen a jugar un papel clave. Los ajustes que se proponen abarcan cosas como: ser reconocidas apropiadamente a la contribución a la confiabilidad del país.

Así como diferenciar y entender la diferencia entre el cargo por capacidad y el cargo por confiabilidad. De acuerdo con Echavarría, en el mundo se habla, mayoritariamente, de cargo por capacidad que es la habilidad que tienen los mercados de poder satisfacer, en la hora pico, la mayor demanda.

En el caso de Colombia, no hay problemas de capacidad en Colombia, ya que el problema es de energía, “por eso se creó el cargo por confiabilidad, en el cual se debe encontrar un reto importante y es que, ante un evento que usualmente dura entre seis y diez meses, se pueda satisfacer la energía que el país necesita. Y usualmente ese evento coincide con el Fenómeno de El Niño”, señaló el gerente general de AES Colombia.

Según el experto, es importante que se tenga la diferenciación para entender el rol que tienen las energías renovables no convencionales. “La incertidumbre nos genera un gran problema de poder demostrarle a la sociedad que estamos preparados para un Fenómeno de El Niño o un evento de crisis”.

Lo que se cree es que, cuando se tenga un componente importante de energía renovables no convencionales -como el sol y el viento-, esa incertidumbre se va a acabar, pues en tiempos de sequías habrá alternativas de renovables no convencionales que entrarían a respaldar al país con mayor generación que el promedio.

El líder de AES Colombia instó a ajustar el cargo por confiabilidad de manera que se pueda promover la expansión de las energías renovables no convencionales para enfrentar no solamente desde el punto de vista de suficiencia, sino de la expectativa del mercado en general y los clientes finales.

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Por su parte, Camilo Marulanda, gerente general de Isagen, apoyó la premisa que afirma que el cargo por confiabilidad ha sido un esquema positivo para el país permitiendo, no sólo la expansión del sistema de generación eléctrica, sino que ha asegurado el abastecimiento en momentos complejos.

“Yo pienso en el tema de la confiabilidad, en el abastecimiento, como un bien caro, pero es más caro cuando no se tiene. Ese es el balance que debemos tener sobre el costo y los beneficios de tener un sistema que garantice el abastecimiento del país, inclusive, en eventos críticos y extremos”, destacó Marulanda.

Según el ejecutivo de Isagén, las oportunidades del esquema de cargo por confiabilidad vienen en torno a mejorar, no solo el seguimiento de que las plantas hidros y termos que participan en este mecanismo, sino a cumplir sus compromisos y  hacer efectivas las garantías.

El ejecutivo apuntó que es importante para el país definir cuál va a ser el mecanismo de expansión del sistema. Pues, actualmente, Colombia tiene un esquema de cargo, pero también un esquema de subasta de largo plazo para no convencionales. “Yo siempre la has entendido como un tema temporal para incentivar el crecimiento de las plantas eólicas y solares”, indicó.

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De acuerdo con Marulanda, se deben armonizar las dos señales de crecimiento que a su vez debe estar impulsado por las necesidades del mercado. Además, se requiere pensar mejor la complementariedad de las diferentes fuentes y valorarlas como tal; ya que para el país es mucho mejor tener un balance entre las fuentes de generación hídricas y térmicas.

Asimismo, el tema de la estabilidad en las reglas del juego es muy importante, para el gerente de Isagén estas inversiones deben estar seguras a 20, 30 y 50 años, pues “los inversionistas no pueden estar pensando cuándo van a volver a cambiar las normas y cómo van hacer”, subrayó.

Entre tanto, según José Miguel Mendoza, socio de DLA Piper Martínez Beltrán, asegurar que el sistema construido a partir del cargo por confiabilidad pueda cumplir con su objetivo principal es clave. Pues esto garantiza que haya energía en los momentos más críticos.

Según Mendoza, en estos sistemas, el incumplimiento de las obligaciones que asumen los generadores pone en riesgo el sistema en Colombia, lo que ya la ha acercado, un par de veces, al riesgo de desabastecimiento o ‘apagón’.

De acuerdo con Mendoza, hay varias técnicas que pueden servir para llegar a que el sistema funcione adecuadamente y asegurarse que los que reciben los recursos del cargo por confiabilidad estén en condiciones para suministrarle la energía al país, “Colombia ha experimentado con varias de ellas”, precisó.

Por ejemplo, el socio de DLA Piper Martínez Beltrán acotó que las multas no arreglan los problemas. “En los últimos ocho años la Superintendencia de Servicios Públicos de Colombia ha impuesto las multas más altas en la historia del país por la violación de las reglas que componen este sistema”.

Afirmó que esas amonetaciones, no necesariamente, han dado más confiabilidad, pues “suelen llegar tarde cuando ya se ha incumplido con las obligaciones y el daño está causado. Incluso, las multas pueden agravar el problema si son impuestas a un generador que está ilíquido o cerca a una situación de insolvencia”.

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Mendoza aseguró que, aunque la las multas pueden ayudar, son insuficientes para lograr que se cumpla el objetivo principal de confiabilidad. Por eso, se han propuesto alternativas que hoy se están discutiendo como: garantías adicionales para los agentes generadores; algunas penalidades explícitas; inhabilitar a los que hayan incumplido en el pasado.

Así como establecer un fondo con recursos para asegurar que todos los generadores pueden a llegar a cumplir con su obligación en dónde la energía está en firme o “incluso, la profundización del mercado de derivados energéticos”.

No obstante, muchas de estas soluciones no son del todo del agrado de José Miguel Mendoza, porque “aumentan innecesariamente los costos de operación del sistema y pueden desincentivar a los jugadores que quieran participar en subastas en el futuro”.

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