Ciber higiene, un reto que deja la pandemia debido al teletrabajo

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Crece la amenaza de tTroyanos bancarios en dispositivos móviles. Foto: ManPower Group.
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La flexibilización, que trajo soluciones, abrió las puertas a nuevos desafíos culturales y de seguridad para los que quizá no estábamos preparados.

La siguiente es una columna escrita por Juan Pablo Villegas, Director Multipaís de Latinoamérica para Citrix. Vea más noticias empresariales.

La pandemia nos hizo más evidente que nunca la necesidad de la higiene. Es más, aceleró nuestra conciencia sobre la limpieza y la sanidad en las organizaciones y en las prácticas corporativas.

Y es que hace un par de años, las empresas, preparadas o no, flexibilizaron su modelo de trabajo y negocio, se vieron forzadas a trabajar desde casa y aprendieron como nunca sobre el desafío de producir e innovar en entornos conectados.

Es más, según MinTIC, tan solo en Colombia el teletrabajo se disparó 71% durante el primer año de la pandemia. Y la flexibilización, que trajo soluciones, herramientas, hábitos y cambios capaces de llevarnos a la innovación, también abrió las puertas a nuevos retos y desafíos culturales o de seguridad para los que quizás no estábamos tan preparados.

Las cifras son contundentes. En 2021 se registraron más de 623 millones de ataques de ransomware en todo el mundo según el Informe de Amenazas Cibernéticas de 2022, al tiempo que, conforme un estudio de ciberseguridad realizado por Citrix y OnePoll, 66% de los equipos de TI consideran que las decisiones y prácticas de los empleados han permitido algún ataque.

Así, ha tomado fuerza este nuevo concepto de ciber higiene, que implica una serie de prácticas y precauciones que, cuando se repiten de forma regular, nos mantienen seguros y permiten aumentar la seguridad con que operamos a diario en nuestro trabajo.

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¿En qué consiste la ciber higiene más puntualmente?

De eso se trata: crear buenos hábitos en materia de ciberseguridad y hacerlo de tal manera que sean parte de una rutina diaria. Porque hemos vivido con intensidad las enseñanzas sobre el impacto que tiene no ser suficientemente ‘limpios’ con nuestra actividad digital, dejar ‘puertas abiertas’, datos expuestos y desordenados tal cual como sucedería en nuestra vida personal o en nuestro hogar.

El riesgo de exponer aspectos y datos privados, personales, corporativos o de carácter esencial, se hizo más evidente la necesidad de ver la práctica digital con hábitos de higiene, pero que también tienen que habitar en el espacio digital.

¿A quién le corresponde cuidar la ciber higiene?

Pero esta responsabilidad no es solo del empleado, por lo que es momento para que los de TI en las organizaciones evalúen cómo ayudar a que, sin importar dónde esté el trabajador, el trabajo híbrido sea una experiencia segura y de alta disponibilidad.

Y es paradójico, porque el trabajo flexible representa uno de los escenarios más desafiantes en términos de seguridad y disponibilidad, pero ahí el desafío es también del conocimiento y la tecnología, por lo que es urgente analizar prácticas como Zero Trust o tecnologías como DaaS que permiten tener protocolos, políticas de acceso y seguridad más rigurosas, así como operar desde entornos basados en la nube, que pueden protegen al colaborador si recibe un ataque, si introduce un virus en su equipo o si lo extravía.

Es importante mejorar nuestras prácticas antes de sufrir ataques o pérdidas que puedan ser irreversibles, y hacer que los mecanismos, controles y prácticas de la ciber higiene al final funcionen como lo han hecho las vacunas, el tapabocas y los protocolos de limpieza básicos para enfrentar la pandemia. Si no lo ha hecho, es el momento de ponerlo entre sus prioridades.

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