En los últimos meses, Latinoamérica ha sido testigo de graves episodios de violencia en eventos masivos. En el Estadio Libertadores de América, en Argentina, incidentes entre aficionados de Independiente y la Universidad de Chile por Copa Sudamericana dejaron decenas de heridos, y la policía no ha logrado judicializar a varios de los responsables.
De manera similar, en Colombia, el Movistar Arena vivió un caos cuando grupos violentos ingresaron sin boleta y armados con objetos contundentes, dejando un saldo de cinco personas heridas, según la Policía Nacional.
Estos sucesos han reabierto un debate urgente en la región: ¿cómo garantizar la seguridad en los estadios y arenas? Para muchos expertos, la respuesta reside en la implementación de tecnologías de verificación digital de identidad. Esta solución combina la biometría, la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos en tiempo real para prevenir tragedias.
Según David Rojas, CEO de Intexus, una compañía especializada en estas soluciones, la verificación de identidad combina el reconocimiento facial o dactilar con la validación de documentos oficiales y la inteligencia artificial para asegurar los procesos de compra de boletas, el acceso a los recintos y otros servicios.
El poder de la biometría para la prevención
En este contexto, la tecnología se presenta como una herramienta clave para la prevención de la violencia. La verificación de identidad permite a las autoridades consultar grandes bases de datos, como los de documentos de identidad nacional, y reconocer a una persona en una multitud. Esto brinda la capacidad de reaccionar a tiempo, prevenir incidentes y proteger a los asistentes.
El caso del Movistar Arena en Bogotá es un ejemplo de ello. Un sistema de verificación de identidad, integrado a la boletería, podría haber detectado en segundos a los hinchas con antecedentes judiciales y haberles bloqueado el ingreso. Asimismo, habría evitado la entrada de quienes no tenían boleta y habría activado alertas silenciosas para que las autoridades pudieran actuar antes de que estallara la violencia.
Además, un sistema de IA predictiva podría identificar patrones de comportamiento anómalos alrededor del estadio, como aglomeraciones sospechosas o la compra de múltiples boletos con un mismo documento, reforzando los controles de seguridad antes de que se desaten los conflictos.
Un mercado en crecimiento y casos de éxito en Latinoamérica
La implementación de estas tecnologías no es una tendencia aislada. El mercado global de biometría fue valorado en US$58.980 millones en 2025 y se proyecta que alcance los US$120.180 millones para 2030, lo que representa una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 15,3 %. Esta expansión está impulsada por la modernización de aeropuertos, la ‘tokenización’ de pagos y, en gran medida, por programas gubernamentales de identificación digital.
Ya existen ejemplos claros de cómo la validación digital de identidad se ha convertido en una necesidad. En el Rose Bowl de Estados Unidos se implementó la autenticación facial para 90.000 asistentes, lo que redujo los tiempos de ingreso en un 50 %. De manera similar, en el Estadio Monumental de River Plate, en Argentina, estas soluciones permiten el acceso de hasta 60 personas por minuto sin necesidad de boletas físicas, eliminando filas y reventas ilegales.
Otro caso destacado es el de Palmeiras en Brasil, que implementó este sistema a principios de 2023 con resultados notables: reducción del fraude de boletería en más del 99 %, control de ingreso de cerca de 18 personaspor minuto, la detención de 28 criminales durante solo cuatro partidos y la prohibición de acceso a 42 personas con órdenes judiciales vigentes. Estos resultados demuestran que la biometría ya es una solución probada en los eventos masivos de la región.
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El desafío, según David Rojas, no es solo tecnológico, sino también cultural y regulatorio. Se necesita una mayor interoperabilidad entre los sistemas, voluntad política y un marco normativo claro para que estas tecnologías se integren plenamente en la vida ciudadana.
En última instancia, la biometría busca garantizar que cada persona que entra a un estadio lo haga con seguridad, respeto y confianza, transformando el deporte y el entretenimiento en experiencias memorables, y no en tragedias.