La Copa del Mundo del 2030, que conmemorará el centenario del torneo, está al borde de una expansión histórica que podría modificar su formato y logística. Lo que parecía una utopía está tomando una forma tangible impulsada por la Conmebol.
La Confederación Sudamericana ha solicitado oficialmente que, «por única vez», la edición de 2030 cuente con 64 selecciones participantes, un aumento importante respecto a las 48 ya confirmadas para el Mundial de 2026 en Norteamérica.
El anuncio preliminar de este proyecto provino de Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, desde Nueva York, calificando la potencial decisión como una noticia que «va a impactar al mundo». Esta declaración se dio en la antesala de una cumbre clave en Estados Unidos, con la participación de figuras como Gianni Infantino (presidente de la FIFA), y los presidentes de las naciones anfitrionas sudamericanas: Argentina, Paraguay y Uruguay.
El objetivo es acelerar la decisión, buscando una aprobación inminente en una reunión del FIFA Council en las próximas semanas, en lugar de esperar al Congreso FIFA de Vancouver el próximo año.
¿Cómo sería el formato del Mundial 2030?
De concretarse, el formato de 64 equipos se estructuraría en 16 grupos de cuatro selecciones cada uno, a diferencia de los 12 grupos que se planean para el Mundial 2026. Los dos mejores de cada grupo avanzarían a una primera ronda de eliminación directa, el famoso «mata-mata», que iniciaría directamente con 32 equipos, el mismo número que participan en el formato actual (que se utilizó desde 1998 hasta 2022).
Esto implica que, de aprobarse la moción, el número total de partidos pasaría de los 104 proyectados para 2026 (con 48 equipos) a un estimado de 128 encuentros, un incremento del 23 % en la cantidad de juegos.
Pero la presión de Conmebol va más allá de un simple aumento de cupos. El plan busca maximizar el rol de los países sudamericanos en el centenario. Inicialmente, Argentina, Paraguay y Uruguay solo tendrían el partido inaugural de sus respectivas selecciones.
Con la propuesta de 64 equipos, la idea es que cada uno de estos tres países de Conmebol albergue un grupo completo de la fase inicial. Esto significa que un total de 12 selecciones jugarían su fase de grupos en el sur del continente (un grupo en Uruguay, otro en el nuevo estadio que se construirá en Paraguay, y uno en Argentina, con el estadio de River Plate ya oficializado como sede).
Las restantes 13 zonas se repartirían entre los países anfitriones principales: España, Portugal y Marruecos, extendiendo el torneo a seis países en tres continentes distintos.
Este sería el potencial económico con el salto de 48 a 64 selecciones
El salto de 48 a 64 selecciones no solo duplicaría la participación, sino que multiplicaría los desafíos logísticos y el potencial económico. Desde 1998 hasta 2022, la Copa del Mundo se jugó con 32 equipos. El cambio a 48 para 2026 ya fue un salto del 50 % en la participación. Ahora, pasar a 64 representa un aumento del 100 % en solo dos ediciones respecto al formato clásico.
A modo de comparación, el Mundial de Qatar 2022 (32 equipos, 64 partidos) generó ingresos récord para la FIFA por US$7.500 millones. Un estudio sobre la ampliación a 64 equipos sugiere un potencial de ingresos adicionales de hasta US$5.900 millones por concepto de más partidos, publicidad y derechos, elevando la cifra total a una potencial cifra histórica.
No obstante, el presidente de la UEFA, Aleksander Čeferin, ya expresó su rechazo, calificó la propuesta de Conmebol como una «mala idea» que podría comprometer el equilibrio deportivo y someter a los jugadores a un mayor desgaste.
El primer Mundial en 1930 se disputó con solo 13 selecciones en un único país, Uruguay. Si se concreta la idea de 64 equipos, el Mundial de 2030 no solo marcará el centenario, sino que será el torneo con más sedes y más equipos de la historia: seis países (Argentina, Uruguay, Paraguay, España, Portugal y Marruecos) en tres continentes (Suramérica, Europa y África).