La Comisión Séptima del Senado dio por terminada la primera jornada de discusión de la reforma a la salud este martes, luego de varias horas de intervenciones y sin que se alcanzara a votar ninguna de las tres ponencias en trámite: la de archivo, la del Gobierno y la alternativa presentada por la senadora Norma Hurtado.
El presidente de la Comisión, Miguel Ángel Pinto, informó que se levantaba la sesión y el debate seguirá mañana 1 de octubre, por el inicio de Plenaria y continuará con la intervención del senador Alirio Barrera.
Durante la jornada, el bloque de oposición defendió la ponencia de archivo, alegando que la iniciativa del Ejecutivo es financieramente inviable.
“El proyecto del Ejecutivo no solo agrava la difícil situación del sistema, sino que también implica un gasto desbordado del presupuesto en salud, sin contar con fuentes claras de financiación”, dijo Nadia Blel, presidenta del Partido Conservador.
También intervino el senador Alirio Barrera del Centro Democrático y su grupo de invitados: Esperanza Arias, representante de los usuarios de la EPS, Ramón Abel Castaño, consultor independiente y Carlos Augusto Chacón, director del Instituto de Ciencia Política.
El presidente de la EPS Sanitas, Juan Pablo Rueda, también intervino y habló de los hallazgos que tienen de la entidad luego de la intervención hecha por el Gobierno Petro.
Rueda informó que hubo un deterioro patrimonial de $17 billones. “La EPS Sanitas venía dando resultados negativos, pero durante estos 17 meses eso se aceleró cuatro veces más”.
Las tensiones alrededor de la reforma a la salud giran principalmente en torno a su viabilidad financiera, pues persisten dudas sobre cómo se financiaría la ampliación de la cobertura y la sostenibilidad del sistema; al mismo tiempo, el modelo de gestión enfrenta un choque entre quienes defienden un mayor control estatal y aquellos que insisten en mantener un esquema mixto.
En el plano político, la oposición acusa al Gobierno de presentar “falacias”, mientras los ponentes del Ejecutivo rechazan la narrativa de estatización, y partidos como el Conservador ya anticipan un pulso fuerte en el Senado al reiterar su intención de hundir el proyecto. A esto se suma la incertidumbre sobre el acceso: no está claro si el nuevo modelo logrará reducir las barreras existentes o si, por el contrario, abrirá la puerta a más trámites y burocracia.