Colombia es uno de los países con mayor adopción de criptomonedas en la región. Según el informe Blockchain Latam 2025, elaborado por Sherlock Comunicaciones, más de 5 millones de colombianos utilizan actualmente criptoactivos.
El país ocupa el quinto lugar en América Latina en adopción, detrás de Brasil, México, Argentina y Venezuela. El total de transacciones anual se estima en US$28.455 millones, equivalentes a más de $114 billones, mientras que las remesas enviadas en stablecoins como USDC crecen como alternativa frente a comisiones tradicionales de 5 % y 6 %.
Las finanzas descentralizadas son ya una opción de ahorro e inversión, y hay muchos más avances en materia de regulación. Sin embargo, es importante tener cuidado en estos terrenos, según advierte Virginia Mijes, profesora de finanzas de EAE Business School, perteneciente a la red de formación superior Planeta Formación y Universidades.
“Aunque el ecosistema ha madurado y Colombia muestra una gran receptividad, las criptomonedas siguen siendo un mercado joven. La clave es educarse bien en su funcionamiento, entender los riesgos y avanzar paso a paso, con seguridad y criterio”, explica la experta.
Uno de los riesgos que señala el docente de EAE Business School es la volatilidad extrema, que puede generar ganancias rápidas o pérdidas significativas. A ello se suma la incertidumbre regulatoria en la región, que limita la interoperabilidad transfronteriza y genera vacíos en la protección al consumidor.
Otro factor crítico es la seguridad, donde los hackeos, estafas y proyectos fallidos han creado un ambiente de cautela. Aunque la adopción de estándares más estrictos de prevención de lavado de dinero (AML) y políticas de «conozca a su cliente» (KYC) buscan brindar mayor protección, también impactan en la privacidad y en la forma en que operan las transacciones.
“El desafío para los próximos años será equilibrar innovación y regulación. Los marcos normativos claros pueden ayudar a dar confianza a los inversores, pero al mismo tiempo hay que evitar barreras que limiten la inclusión o el acceso a nuevas oportunidades”, advierte la docente de EAE Business School.
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Errores más comunes al invertir en criptomonedas
Si en definitiva la decisión es ingresar e invertir en criptos, la experta de EAE Business School subraya los 10 errores más comunes que los inversores principiantes tienden a cometer y que es mejor evitar:
- No investigar adecuadamente sobre la criptomoneda en la que se está invirtiendo. Es fundamental entender el proyecto, su equipo, su tecnología y su potencial en el mercado.
- Muchos inversores se dejan llevar por la emoción y ponen en riesgo dinero que no pueden permitirse perder, lo cual puede tener graves consecuencias financieras.
- Invertir solamente porque todos los demás lo están haciendo. La «FOMO» (miedo a quedarse fuera) puede llevar a decisiones apresuradas y mal informadas.
- Concentrar todos los fondos en una sola criptomoneda o proyecto. La diversificación ayuda a mitigar el riesgo.
- Mantener las criptomonedas en exchanges en lugar de en wallets personales seguras, lo que aumenta el riesgo de perder los fondos en caso de hackeos.
- No comprender la naturaleza altamente volátil del mercado de criptomonedas. Las fluctuaciones de precios pueden ser extremas y rápidas.
- Intentar predecir el mejor momento para comprar o vender. Esto es extremadamente difícil incluso para los inversores más experimentados, y puede llevar a pérdidas
- No mantenerse al tanto de los desarrollos y noticias que puedan afectar el mercado y el valor de las criptomonedas.
- No estar al tanto de las regulaciones y obligaciones fiscales relacionadas con las inversiones en criptomonedas en sus respectivos países.
- No ser lo suficientemente crítico ante oportunidades de inversión que parecen demasiado buenas para ser verdad, lo que puede llevar a costosos fraudes.
Para el cierre de 2025, Colombia tiene un ecosistema dinámico, con millones de usuarios, creciente volumen de remesas y un mercado que empieza a contar con mayor claridad regulatoria, a la vez que siguen latentes la volatilidad, la falta de educación financiera y los riesgos de seguridad exigen cautela.
“Invertir en criptomonedas no es ni una apuesta segura ni un juego de azar. Es un proceso que requiere disciplina, diversificación y formación continua. Solo así puede convertirse en una vía real de inclusión y de participación en la economía digital del futuro”, concluye la experta.