Colombia recibió solo una oferta en ronda de energía eólica costa afuera: ¿Qué provocó poco interés de inversionistas?

Solo una empresa ofertó en la ronda eólica costa afuera. ¿Refleja desconfianza empresarial ante la inseguridad jurídica y trámites en Colombia?

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La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) anunció la recepción de una única oferta en la Primera Ronda Colombia Eólica Costa Afuera, presentada por la empresa CI GMF Coöperatief U.A., filial del grupo danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), uno de los fondos de inversión más grandes del mundo en proyectos de energía renovable.

Aunque la ANH celebró el hecho como un “hito en la diversificación y modernización del sector energético colombiano”, la realidad es que la escasa participación genera preocupación entre analistas y empresarios.

Estos han advertido que la falta de confianza, vacíos regulatorios y complejidad institucional podrían estar desincentivando la inversión en los megaproyectos que el país necesita para consolidar su transición energética.

Fuentes del sector minero-energético consultadas por Valora Analitik consideran que el resultado de la ronda eólica costa afuera -a la que se habían habilitado ocho de las principales compañías del mundo- no puede interpretarse como positivo.

“El hecho de que en un proceso se presente una sola empresa significa que no hay realmente seguridad sobre el posible desarrollo del proyecto en Colombia”, señaló una fuente cercana al sector que pidió reserva de su nombre.

De acuerdo con esta fuente, Colombia se ha convertido en “un lugar muy complejo para sacar proyectos adelante”, no solo por los trámites ambientales y la falta de coordinación institucional, sino también por la percepción de que el Gobierno ve al empresario como contraparte y no como aliado.

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“Para reactivar estos proyectos se necesita una señal clara del Gobierno de querer permitir el desarrollo. Es decir, volver a ver al inversionista como un aliado”, añadió.

La misma fuente destacó que, en proyectos de alto impacto como los eólicos costa afuera, la falta de acompañamiento gubernamental en la gestión con comunidades y autoridades ambientales es otro obstáculo serio.

“Los dejan solos frente a las comunidades, los trámites se duplican entre entidades y cualquier retraso en una licencia detiene toda la cadena de aprobaciones. Eso hace que el licenciamiento sea un proceso casi imposible”, enfatizó.

¿Qué dice el Gobierno Nacional sobre la ronda de energía eólica costa afuera?

Desde el Gobierno, el tono fue distinto. La vicepresidenta de Promoción y Asignación de Áreas de la ANH, Nadia Carolina Plazas, destacó los avances logrados y la “solidez institucional” que, según ella, ha demostrado Colombia en la organización de esta primera ronda eólica costa afuera.

Plazas aseguró que el país ha superado “hitos regulatorios y técnicos que otros no han alcanzado”, subrayando la cooperación con entidades como la Dirección General Marítima (Dimar) y el Ministerio de Minas y Energía.

“Hemos tenido una articulación institucional que demuestra la solidez del Gobierno. Muchos países han querido avanzar en estos hitos y no lo han logrado; nosotros sí”, afirmó.

La funcionaria reconoció, sin embargo, que existen temas por mejorar, especialmente en materia de seguridad jurídica, regulación ambiental y fortalecimiento del marco contractual.

“Tenemos que seguir generando confianza, revisar y mejorar nuestro marco regulatorio, y avanzar en la articulación con los inversionistas. Lo más importante para atraer inversión es no negociar jamás la seguridad jurídica”, sostuvo.

Asimismo, Plazas defendió la cooperación internacional como pilar del proceso: embajadas de Dinamarca, Reino Unido, Países Bajos y China acompañaron el diseño de la ronda, lo que ha permitido reducir tiempos de aprendizaje y riesgos operativos.

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“Sí se pudo”, pero con matices: ¿Salvados por la campana?

El presidente de la ANH, Orlando Velandia, también se refirió al resultado de la ronda, destacando que el proceso no fue declarado desierto —a diferencia de casos recientes en Reino Unido y Brasil—.

“A las 9:00 de la noche nadie se había presentado, a las 10:00 p.m. tampoco, y temíamos que nadie lo hiciera. Finalmente, una gran compañía presentó su oferta. Eso demuestra que sí se pudo”, relató Velandia.

El directivo comparó el resultado con otras experiencias internacionales: en el Reino Unido, la ronda eólica fue declarada desierta, mientras que Brasil detuvo su proceso. En contraste, Colombia logró al menos una propuesta formal, lo que, en palabras de Velandia, “refleja determinación y resiliencia institucional”.

Pero como se ha mencionado, la realidad numérica —una sola oferta frente a ocho compañías habilitadas— sugiere un balance menos alentador. Para los expertos, la escasa participación en la ronda es una señal de alerta sobre la confianza empresarial en el país.

Los inversionistas observan con cautela los cambios regulatorios en el sector energético, las demoras en licencias ambientales, los conflictos sociales en zonas estratégicas y la ausencia de incentivos fiscales competitivos frente a otros países de la región.

Además, los procesos de transición energética, si bien son prioridad para el Gobierno, no siempre ofrecen garantías de retorno claro para el capital privado, especialmente en proyectos de gran escala y largo plazo como los eólicos costa afuera.

“El Gobierno habla de justicia energética y transición verde, pero si no hay reglas claras, seguridad jurídica ni confianza, los capitales no llegan”, advirtió un experto del sector.

En términos prácticos, esto significa que Colombia podría quedar rezagada en el desarrollo de la energía eólica marina, una industria en auge en el mundo que requiere estabilidad institucional, agilidad en los trámites y marcos regulatorios consistentes.

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Entre la oportunidad y el desafío

El potencial eólico costa afuera de Colombia es enorme —según estudios técnicos, podría generar más de 50 GW de capacidad instalada—, pero su aprovechamiento depende de condiciones de inversión predecibles y de una coordinación eficiente entre las instituciones involucradas.

Mientras el Gobierno insiste en que la llegada de Copenhagen Infrastructure Partners es una muestra de confianza en el país, analistas sostienen que la participación de una sola empresa no debe celebrarse como un triunfo, sino verse como una advertencia sobre el nivel de incertidumbre regulatoria que enfrenta el sector.

En línea con la fuente, el reto para las autoridades será ahora convertir ese único voto de confianza en una verdadera política de atracción de inversión, capaz de destrabar los proyectos pendientes y recuperar el interés de los inversionistas internacionales.

Aunque la primera ronda eólica costa afuera de Colombia debería haber sido la vitrina del compromiso colombiano con la transición energética, terminó evidenciando los límites del discurso frente a la realidad, mencionan los expertos del sector.

Explicaron que el mensaje que deja este resultado es claro: Colombia necesita reconstruir confianza, ofrecer seguridad jurídica y ambiental, reducir la tramitología y, sobre todo, volver a ver al sector privado como socio y no como adversario.

De acuerdo con los actores de la industria energética nacional, si no se toman medidas rápidas, los vientos que hoy soplan en favor de la energía limpia podrían desvanecerse antes de impulsar el desarrollo que el país necesita.