La Constructora CFC, reconocida como una de las empresas líderes del Eje Cafetero, atraviesa un momento de expansión y consolidación. Además de proyectar nuevos desarrollos en distintas ciudades, la compañía ha apoyado la reconstrucción del tejido social en las comunidades donde opera.
En conversación con Valora Analitik, el presidente de la empresa, Felipe Calderón, compartió su visión sobre los retos de la construcción, las proyecciones de crecimiento y el valor humano que hay detrás de cada proyecto.
Nuevos proyectos para 2026
Construcciones CFC atraviesa un año positivo. Pese a los desafíos del sector, la empresa ha mantenido su ritmo de trabajo y proyecta un 2026 de expansión. “Nosotros tomamos la determinación de seguir adelante, sin desfallecer. Esa mentalidad nos ha permitido crecer incluso en tiempos difíciles”, señaló Calderón.
El balance del año, según el directivo, ha sido muy favorable. “Hemos crecido, hemos cumplido metas y tenemos la confianza de que el próximo año continuaremos en esa senda. Lo importante es mantener el enfoque y seguir generando empleo y desarrollo para la región”, comentó.
Como adelanto de los planes de la compañía, Calderón reveló que se preparan tres nuevos proyectos de vivienda en el Eje Cafetero: uno de interés social en Manizales, en el sector de Puerta del Sol; otro en Pereira, en la zona de Galicia; y un tercero en Dosquebradas, Risaralda. “Son desarrollos que combinan calidad arquitectónica, sostenibilidad y accesibilidad, pensando en las familias que buscan su primera vivienda”, explicó.
Actualmente, CFC se consolida como la constructora más grande del Eje Cafetero, un liderazgo que esperan mantener a través de innovación, cumplimiento y compromiso con las comunidades. “Ser los más grandes implica una gran responsabilidad. Queremos seguir creciendo, pero siempre con propósito y con impacto social”, afirmó.
La licencia social
El directivo también aseguró que los desarrollos que han realizado y los futuros irán de la mano con la licencia social. “Las empresas necesitan licencia social, y esa no la entrega el municipio ni ninguna autoridad. Nos la ganamos nosotros con el trabajo diario y la relación con la comunidad”, afirmó.
El ejecutivo explicó que la licencia social representa la confianza y el respaldo de las personas en los entornos donde opera la constructora. “Si una compañía no tiene buena reputación entre los vecinos, si no genera empatía ni respeto, es muy difícil que el proyecto prospere. Lo aprendimos a partir de algunos inconvenientes del pasado, y desde entonces entendimos que la confianza es la base del crecimiento sostenible”.
En ese sentido, Calderón considera que la diferencia entre una empresa exitosa y una que no logra consolidarse no está solo en las cifras de ventas, sino en el vínculo con las personas. “Un proyecto puede tener una gran infraestructura, pero si la gente no lo siente suyo, si no hay pertenencia, le faltará lo más importante: la conexión humana”, enfatizó.
El reconocimiento de Camacol 2025
Durante el Congreso Nacional de Camacol 2025, el presidente de la empresa, Felipe Calderón, recibió un importante reconocimiento por ese enfoque social, que ha hecho de CFC una referencia en el sector.
“Para nosotros, este reconocimiento simboliza el esfuerzo de un equipo comprometido con algo más que construir edificios. Nos recuerda que nuestro propósito es construir comunidad, confianza y esperanza”, expresó Felipe Calderón.
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Para Felipe Calderón, el premio otorgado por Camacol tiene un valor que trasciende lo económico. “Este reconocimiento es supremamente especial para nosotros”, señaló.
Y agrega: “En una empresa se logran utilidades, se cumplen metas financieras, pero lo que realmente nos llena de orgullo es haber entendido que nuestro papel no se limita a levantar edificaciones, sino a reconstruir el tejido social de las comunidades que impactamos”.
Calderón explicó que esa transformación nació de una reflexión interna sobre los efectos que puede tener una obra en su entorno. “Cuando uno llega con maquinaria, materiales y equipos a un barrio, se genera un caos temporal para los vecinos. Por eso decidimos acercarnos a ellos, contarles qué vamos a hacer, explicarles los beneficios del proyecto y, sobre todo, ayudarlos a adaptarse al cambio”, relató.
Ene se sentido, la empresa comenzó a desarrollar un modelo de trabajo social que acompaña cada etapa de sus obras. “Queremos que la gente vea que con la construcción también llega progreso. Y eso solo se logra si se trabaja de la mano con las comunidades, generando confianza y comunicación permanente”, precisó.




