Lionel Messi alcanzó las 1.300 participaciones directas de gol tras sumar un tanto y tres asistencias frente al Cincinnati en la semifinal de la Conferencia Este en la MLS.
La cifra se compone de 896 goles y 404 asistencias, un volumen histórico que consolida una de las carreras más productivas del deporte. Este registro llega en un momento en el que su valor de mercado se ubica en 18 millones de euros, una de las cifras más bajas desde sus primeros años como profesional, según reportes de Transfermarkt.
A pesar de esa caída, Messi acumula en esta temporada 75 participaciones en 56 partidos, un rendimiento que supera al de futbolistas en pleno pico competitivo. Su continuidad está garantizada: renovó hasta 2028 con el Inter Miami, lo que proyecta su carrera hasta los 41 años, y confirma que su presencia seguirá siendo un activo para la MLS y para el mercado deportivo estadounidense.
El contraste entre su impacto en la cancha y la caída de su valor de mercado abre una discusión económica relevante: Messi ya no se mide solo por lo que vale en una transferencia, sino por lo que genera en audiencias, patrocinios y crecimiento de marca.
Su holding empresarial, Limecu, encargado de la explotación de sus derechos de imagen, reportó ingresos superiores a los 80 millones de euros anuales, un incremento marcado frente a sus años previos en Europa.
La “devaluación” de Messi: Del Barcelona y el Mundial 2022 al presente en la MLS
Durante más de una década en el Barcelona, el valor de mercado de Messi superó los 100 millones de euros, siendo uno de los jugadores más cotizados del mundo.
Incluso en la etapa previa al Mundial 2022, cuando ya rondaba los 35 años, mantenía una valoración que superaba los 40 millones de euros. Su desempeño en Qatar, donde fue campeón y mejor jugador del torneo, reforzó temporalmente esa cifra.
La caída comenzó tras su salida del PSG y se aceleró con su llegada al Inter Miami. Hoy se ubica en 18 millones de euros, un descenso natural asociado a la edad y al nivel de competencia del torneo.
Sin embargo, esa devaluación no coincide con su productividad: Messi sigue generando cifras ofensivas superiores a las de muchos atacantes en Europa y se mantiene como líder estadístico en la MLS.
Su impacto económico en Estados Unidos es evidente. Inter Miami pasó a estar entre los clubes más valiosos de la región y se consolidó como una franquicia con fuerte crecimiento en ingresos, asistencia, venta de camisetas y presencia internacional.
Messi funciona como motor económico: más allá de su cotización, su capacidad para atraer consumo, suscriptores y visibilidad continúa generando retornos directos.
La paradoja es clara: Messi vale menos que nunca en el mercado de fichajes, pero produce más ingresos externos que muchos jugadores jóvenes con un valor de transferencia más alto.
Récords históricos y marcas que aún puede romper rumbo al Mundial 2026
Messi acumula 46 títulos, ocho Balones de Oro, seis Botas de Oro, el récord de 91 goles en un año natural, más de 4.000 regates exitosos y cuatro premios como Mejor Jugador de un Mundial o Mundial de Clubes.
En LaLiga sumó 474 goles, la cifra más alta en la historia de las cinco grandes ligas europeas. Además, en Champions registró 129 goles, siendo uno de los máximos anotadores del torneo.
A nivel de selecciones, Messi llega al tramo final de su carrera con una posibilidad concreta: convertirse en el máximo goleador histórico de los Mundiales. Actualmente tiene 13 goles y está a dos del alemán Miroslav Klose, el líder de la tabla. También puede romper los récords de más partidos disputados, más asistencias y más ediciones jugadas por un capitán.
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Una curiosidad estadística refuerza su vigencia: Messi necesitó 1.135 partidos para alcanzar las 1.300 participaciones directas en gol, lo que equivale a un promedio de 1,15 contribuciones por encuentro durante casi dos décadas. Ningún otro futbolista ha mantenido una tasa similar con una carrera tan prolongada.
