La única agencia calificadora que no se ha pronunciado este año respecto a la posición soberana de la deuda colombiana, Moody’s, revelaría este mes si mantiene o ajusta la calificación del país. La mayoría de los analistas dan por sentado que la noticia será negativa y anticipan que será replicada por las demás firmas.
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Renzo Merino, vicepresidente y analista senior de Moody’s para Colombia, aseguró en un evento el 20 de mayo que la firma esperará a que el Gobierno publique el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), programado para el viernes 13 de junio, antes de dar a conocer si mantiene o no la calificación soberana del país (Baa2) a un año de haber modificado la perspectiva de Colombia de estable a negativa.
“Nosotros creemos que Moody’s nos va a bajar un notch (escalón) desde Baa2 hasta Baa3. Como en marzo Fitch nos sorprendió poniéndonos en Outlook negativo, lo que creemos que va a pasar ahora en el segundo semestre, antes de noviembre, es que S&P y Fitch también nos van a bajar la calificación a un nivel de BB que hoy en día tiene una economía como la de Brasil”, aseguró el economista jefe para la región Andina de BTG Pactual, Munir Jalil.
La decisión sería producto de la presión en la caja del Gobierno, que se viene evidenciando desde el año pasado y que lejos de corregirse se ha agravado hasta el punto en que a pesar de la expansión económica y el aumento en el recaudo de impuestos respecto a 2024, el déficit fiscal se duplicó en el primer trimestre y llegó a máximos de la historia reciente (2,1 % del PIB vs 1 % en 2023), pues el nivel de gasto se ha acelerado.
Merino comentó que el perfil crediticio de Colombia podría estar más alineado con Baa3, lo que llevaría a mantener al país en perspectiva negativa o directamente a ajustar la nota crediticia. “Lo que estamos monitoreando de momento es no solamente el deterioro de 2024 sino las expectativas de que vaya a haber una corrección o no este año y el próximo”, explicó.
Los analistas reconocen que ha habido cierta flexibilización por parte del Gobierno para volver a poner sobre la mesa el tema de un eventual recorte de gasto público en el presupuesto; sin embargo, el anuncio se concretaría con la publicación del MFMP, pues el ministro de Hacienda, Germán Ávila, solo ha pedido tener en cuenta las posibilidades de generar nuevos ingresos.
Por ahora, los cálculos independientes sugieren recortes que empiezan en $20 billones, según el Banco de Bogotá, y llegan a los $75 billones señalados por el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF), dados los efectos fiscales de la reserva presupuestal constituida en 2024 ($52,3 billones y 3,1 % del PIB).
Fedesarrollo, por su parte, cree que como las proyecciones recientes de recaudo se han basado en supuestos optimistas será necesario un recorte adicional de al menos $28 billones en 2025 para cumplir con la Regla Fiscal.
Lo cierto es que ninguno de los análisis ven posible que se cumpla este año con la meta de déficit fiscal del Gobierno del 5,1 % del PIB consignada en la actualización del Plan Financiero. De hecho, todos coinciden en que superaría el 6,8 % del PIB registrado en 2024. El Banco de Bogotá le apunta a un desbalance del 7,8 %, ANIF al 7,1 % y el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) al 7 %, por mencionar algunos pronósticos.
Del mismo modo, la deuda en relación con el Producto Interno Bruto superaría el 60 % de 2024, por lo que se seguiría deteriorando y se mantendría fuera del ancla y muy cercana al límite del 70 %. BTG Pactual, por ejemplo, estima que llegaría al 63 %, el nivel más alto de los últimos años, siempre y cuando el Gobierno anuncie un recorte de entre $10 y $11 billones este año.
Jalil incluso cree que el mal momento de la deuda colombiana y sus altas tasas de interés podrían llevar a las agencias a ajustar la calificación dos escalones a la baja, aunque, al parecer, las firmas no han incorporado ese riesgo adicional. “Tal vez nos dejen el Outlook negativo, eso sí”, concluyó.