Ahora | Fitch empeoró previsión de déficit fiscal y deuda de Colombia para 2020

- Publicidad -   De acuerdo con un informe de Fitch Ratings, la revisión del objetivo de déficit de Colombia 2020 para el Comité de la Regla Fiscal del país reconoce el debilitamiento de las métricas fiscales clave que se derivarán de la recesión económica en medio de medidas de contención de coronavirus. Dijo que […]

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De acuerdo con un informe de Fitch Ratings, la revisión del objetivo de déficit de Colombia 2020 para el Comité de la Regla Fiscal del país reconoce el debilitamiento de las métricas fiscales clave que se derivarán de la recesión económica en medio de medidas de contención de coronavirus.

Dijo que la perspectiva de deterioro fiscal fue el impulsor clave de la calificación soberana de Colombia anunciada a comienzos de mes ‘BBB -‘ con perspectiva negativa.

El 16 de abril, el Comité de nueve miembros apoyó por unanimidad la ampliación del límite del déficit público de 2020 al 4,9% del PIB del 2,2%.

Dijo que el nuevo objetivo refleja las estimaciones del gobierno de que la economía se contraería en un 1,6% en 2020, y que los riesgos a la baja de este pronóstico podrían generar un déficit más amplio.

Además de la contribución de un crecimiento más débil (1.3pp del PIB), el nuevo objetivo incorpora gasto adicional en respuesta a la inmigración venezolana (0.4pp) y la invocación del Comité de la cláusula de gasto anticíclico en la regla fiscal de Colombia (20% de la brecha de producción estimada, o 1.7pp).

“El nuevo objetivo está cerca de nuestro pronóstico revisado de déficit del gobierno central para 2020 del 5% del PIB. Esto es más amplio que el déficit del 4.5% que pronosticamos cuando bajamos la calificación de Colombia, principalmente porque hemos revisado nuestros pronósticos del PIB real luego de la reciente decisión del gobierno de extender el cierre nacional antes de una reapertura gradual en las próximas semanas”, señaló la agencia.

Ahora la agencia espera una contracción de 2.0% este año, aunque esto será seguido por una recuperación más fuerte, con un pronóstico de crecimiento de 3.3% en 2021 (por encima del pronóstico anterior de 2.3%).

Un crecimiento más débil y un déficit más amplio significan que ahora pronostica que la deuda como porcentaje del PIB del Gobierno General, que ha aumentado constantemente en los últimos seis años, aumentará al 52% en 2020, un aumento marginal frente a su pronóstico anterior del 51%, pero aumentó 8pp desde 2019, en parte debido a la depreciación del peso. El mayor déficit se financiará con fondos del gobierno (FAE y Fonpet).

El Gobierno también exigirá a las instituciones financieras que compren los llamados ‘Bonos Solidarios’, por un valor del 3% de los depósitos a la vista y 1% de los depósitos a plazo al 31 de marzo. Se espera que esta medida rinda alrededor del 0,8% del PIB.

El riesgo de que una recesión más profunda o más duradera de lo que pronosticaba actualmente ejerza una presión adicional sobre las métricas, como el PIB per cápita y la volatilidad del crecimiento económico, así como el déficit fiscal y la deuda con respecto al PIB, se refleja en la perspectiva negativa sobre calificación soberana de Colombia.

La perspectiva negativa –dijo- también refleja los riesgos para la capacidad y la calidad de la respuesta política del Gobierno que podrían limitar su eficacia para reducir decisivamente los déficits y estabilizar la deuda en los próximos años, dada la escala de los choques de coronavirus y petróleo.

Prevé que el déficit fiscal del Gobierno Central volverá a caer al 3,8% del PIB en 2021 a medida que el gasto transitorio se desvanezca.

Pero consideró que los ingresos fiscales del Gobierno seguirán bajo presión, en parte debido a la caída esperada en los ingresos del petróleo.

La formulación de políticas prudentes y consistentes ha apuntalado la estabilidad macroeconómica y financiera en Colombia, y el historial de las autoridades incluye la introducción de reformas tributarias que mejoren los ingresos en respuesta a las crisis anteriores. Sin embargo, Fitch advirtió que las revisiones frecuentes de los objetivos fiscales (según lo permitido por la regla fiscal) y la dependencia de medidas extraordinarias únicas habían reducido la credibilidad de la política fiscal antes de la crisis del coronavirus y la última caída del precio del petróleo.

El marco fiscal de mediano plazo del Gobierno, previsto para junio, dará una indicación de sus prioridades fiscales más allá de su respuesta inicial a la crisis.

Las medidas para abordar el deterioro fiscal podrían enfrentar restricciones sociales y políticas dadas las protestas sociales del año pasado y el aumento esperado del desempleo a medida que la economía se contrae este año, así como el enfoque de las elecciones presidenciales en 2022, concluyó.

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