La reciente alocución del presidente Gustavo Petro despertó varias críticas entre analistas, empresarios y la opinión pública en general tras la expectativa sobre el alza del salario mínimo 2026, anuncio que se esperaba dar anoche.
No obstante, la presentación del presidente de la República se centró en temas como la baja de la natalidad, la crítica situación del sistema de salud, la situación fiscal que dejó el Gobierno Duque y un cierre sobre salario mínimo y el aumento real a lo largo de los últimos años. No obstante, hizo referencia a que los colombianos tendrán un salario mínimo vital el próximo año, pero sin concretar datos exactos sobre el alza de 2026.
Petro lanzó varios dardos, uno de ellos a la Corte Constitucional y a su presidente, para que no frene la declaratoria de emergencia. El jefe del alto tribunal dijo que el 13 de enero volverán a la Sala Plena para revisar la viabilidad de los decretos que emitirá el Gobierno Petro.
En la misma línea, el empresario de la ANDI, Bruce Mac Master, cuestionó la legalidad y coherencia de la emergencia económica, al asegurar que no existen “hechos sobrevinientes”, sino problemas estructurales conocidos —salud, deuda, incertidumbre— muchos derivados de decisiones del propio Gobierno, y critica el cambio de narrativa en pocos días.
Petro le respondió en su cuenta de X, sustentando que la economía sí venía funcionando bien, pero que la crisis sobreviene por decisiones externas al Ejecutivo: el hundimiento de la ley de financiamiento en el Congreso y el alza de tasas del Banco de la República, “que encareció la deuda y volvió insostenible el déficit”. Petro defiende la emergencia como vía para evitar recortes en gasto social y fuerza pública, rechaza el ajuste vía recorte y acusa a la oposición y al sector financiero de provocar la crisis para frenar su proyecto.
Por otro lado, el precandidato Juan Carlos Pinzón cuestionó al presidente Gustavo Petro por insistir en una Asamblea Constituyente en su alocución, al afirmar que ahora desconoce la misma Constitución que —según dijo— le permitió llegar al Congreso, a la Alcaldía de Bogotá y a la Presidencia.
Pinzón también rechazó los ataques del mandatario contra la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, al señalar que ambos tribunales se limitan a cumplir su función de control y podrían declarar ilegal la emergencia económica por no cumplir los requisitos legales. En ese contexto, sostuvo que no se trata de un “bloqueo institucional”.
Otro de los dardos que lanzó el presidente fue para el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán: “Tengo que criticar a la Secretaría de Educación de Bogotá, de la administración del alcalde, porque está afirmando que la arquitectura no convencional no sirve para construir la Universidad de Suba. Se estarían sacrificando las generaciones jóvenes del occidente de Bogotá. Por favor, hay que ponerse modernos”.
Minutos después, Galán escribió en su cuenta de X: “Hablemos bien de Bogotá. Claro que hay cosas por mejorar y nosotros, en la Alcaldía, somos los primeros que debemos hacer más en temas como basuras, seguridad y movilidad, entre otros. No les pido que me aplaudan a mí, yo fui elegido para cumplir, les pido que recuperemos el orgullo de ser bogotanos y que, con la misma facilidad con la que la criticamos, hablemos bien de Bogotá”.
